Martín Insaurralde dejó al descubierto la corrupción en el Ministerio de Justicia bonaerense

El escándalo desatado por los pormenores que se conocieron del viaje junto a la «modelo» Sofía Clérici, en una embarcación de lujo, gastando sumas millonarias en un día, sumado al rumor de que su separación le costó 20 millones de dólares, situaciones que deberá investigar la justicia, luego de varias denuncias en contra del político y su acompañante por enriquecimiento ilícito.

Los medios para simular investigación periodística, mostraban la declaración jurada patrimonial de Martín Insaurralde como prueba de sus inconsistencias entre lo declarado bajo juramento y la vida y gastos de un multimillonario que se conoció, incompatible con sus sueldos como funcionario y sus actividades privadas.

Corrupción en el Ministerio de Justicia Bonaerense

Desde el Diario El Sindical, se presentaron varias denuncias por situaciones similares de funcionarios de la gobernación, muchos de ellos actualmente en funciones por distintas inconsistencias en las declaraciones juradas patrimoniales, lo que técnicamente constituye un delito y a pesar de las denuncias, el ministerio no investigó encubriendo a los corruptos y permitiendo así, que la matrix de corrupción crezca.

El responsable o irresponsable del ministerio es el candidato a intendente de La Plata Julio Alak, quien dejó hace meses el ministerio a la deriva por pasear haciendo campaña, esto con el conocimiento y el apoyo del gobernador de la provincia de Buenos Aires Axel Kicillof, quien no tiene excusa alguna para deslindar responsabilidades al mantener funcionarios que NO FUNCIONAN.

Ante las primeras denuncias, la excusa oficial del ministerio para no avanzar en las investigaciones y denuncias ante la justicia por inconsistencias o denuncias de corrupción era que la provincia carecía de una Oficina Anticorrupción, la encargada de esa excusa fue la abogada Ana Laura Ramos, quien maquillo la situación con la promesa de que se estaba trabajando para mejorar la situación.

Meses después, se creo la Subsecretaria de Transparencia Institucional, es decir, fueron un paso más allá, se creo una superestructura por sobre la Oficina de Transparencia y lejos de que algo cambie, solo se generaron nuevos cargos, con varias directoras y un presupuesto millonario, pero la transparencia nunca llegó, la persona a cargo, ahora con el rango de subsecreataria no es otra que la misma Ana Laura Ramos, quien ya empoderada en un cargo ejecutivo, nunca más siquiera dio una excusa de los motivos por los cuales, ahora que tenía Oficina de Transparencia y a su cargo no se investigaban las denuncias.

Si un funcionario que debe investigar no lo hace, eso también es corrupción, el tiempo nos ha dado la razón en ser el único medio de prensa en denunciar el cajoneo de denuncias por parte de quienes deben investigar.

Por Marcelo Ricardo Hawrylciw

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