Maximiliano Gallucci volvió más incoherente

Si hay algo que han demostrado los representantes de Juntos por El Cambio es la incoherencia en sus relatos y las mentiras que les encanta decirles a los vecinos, muchos de los cuales desconocen a quien tienen delante, un claro ejemplo es el concejal Maximiliano Gallucci, un tipo que ha hecho de la mentira su forma de vida.

El ex «soldado de Cristina» cuando militaba en La Cámpora, volvió con sus inocuas publicaciones y volvió a Wilde, una localidad que les encanta a los políticos locales caminar, como si no existieran otros barrios, ahora publicó:

Junto a Marcelo Daniel Gutovich visitamos a Marta y a sus hijas Noelia y Gabriela en su casa de Wilde.

Charlamos sobre la repetidas situaciones de inseguridad que se viven en la zona y la falta de mantenimiento que hay en la vía pública pese a la epidemia de dengue, con pastos cada vez más largos que son criaderos naturales de mosquitos.

Bueno, que alguien lo avive al concejal de que charlando con los vecinos no se mejora la seguridad, cuando fueron gobierno nacional y provincial no hicieron NADA por la seguridad, la gestión de Vidal fue lamentable y plagada de hechos de corrupción en el propio Ministerio de Seguridad y Gallucci disfrutaba de 3 sueldos públicos.

Respecto al mantenimiento, sería bueno recordarle que tanto él como su espacio político militaron por Javier Milei que entre sus propuestas más destacadas está la NO INTERVENCIÓN del Estado, con lo cual, si el pasto está largo deberán ser los vecinos los que se organicen para ocuparse del tema.

Otra incoherencia es que menciona el Dengue como si fuera un problema a tratar por el gobierno municipal, cuando desde el propio gobierno nacional se han desentendido del tema, con lo cual, debería ser él y su bloque los que gestionen con sus socios políticos soluciones para los vecinos de Avellaneda.

Para concluir, los vecinos que lo reciben son los mismos que votaron un cambio, pero ahora se prestan para estas payasadas, votaron a Milei, buscando un cambio? disfruten de la libertad.

Por Marcelo Ricardo Hawrylciw

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