Iñaki Gutiérrez, el «mercenario»de Milei en la comunicación de La Libertad Avanza

Como si no tuviéramos bastante con los mediáticos que llegaron a los medios mezclados a temas policiales y la política, que brillaron de la mano del recordado Mauro Viale, todo ese show televisivo fue un buen inicio para lo bizarro de las redes sociales, donde nacieron personajes de dudosa estabilidad, pero con una marcada ambición de fama y dinero, hoy se los conoce como influencer y esa calificación tiene tantas aristas buenas como muy malas.

Antes los mediáticos se reunían en un estudio para acusarse, agredirse verbalmente y hasta simulaban peleas físicas, de allí salieron canciones, miles de horas de análisis en los medios y estos personajes influyeron en una generación que llegó a bailar por ejemplo la canción Samatha de Machito Ponce, la degradación de la información no es algo nuevo en la Argentina y con tantos años de consumir periodismo basura, no es difícil entender la sociedad actual, donde una importante mayoría de los ciudadanos son manipulados de formas tan sencillas que asombra y duele saber que uno vive en manos de los que guionan la realidad al servicio del que paga para detentar el poder.

Lo que antes era denominado como «la caja boba», pasó a las pantallas digitales, de los celulares y dispositivos conectados a las redes sociales con una llegada más efectiva que la de los programas tradicionales de la televisión en cuanto a la interacción que se producen en las redes sociales.

Hoy cualquier personaje con deseos de ser famoso cumple su sueño con casi nada, basta una conexión a la red, un dispositivo con cámara y un discurso que se ajuste a las tendencias del momento.

Iñaki Gutiérrez llega a las redes donde comienza a ser influencer aprovechando la seudo rebelión de Juntos por el Cambio durante la pandemia, donde encontraron que se podía hacer política y sumar seguidores sin proponer nada, con solo estimular el malestar popular de estar limitadas las actividades donde incluso protestaban gente que llevaban años sin salir de fiesta o vacaciones, pero se sumaban al reclamo por las dudas.

Iñaki fomentaba a violar las medidas sanitarias, mientras gritaba que hay que salvar el respeto de las Instituciones, así de ilógico y contradictorio era su discurso que siguió más duro e incoherente. Poco se sabe del joven de derecha que se define anticomunista, algo extraño que alguien joven hable de un régimen que en la Argentina no tiene representación en los poderes y que tiene menos intención de votos que lo que se conoce como la izquierda, con lo cual ya partimos de una falacia de este muchacho que dice que trabaja todos los días, que cursa dos carreras, abogacía en la UBA y economía en la UB y le quede tiempo para la política, las redes sociales y estar con su novia Eugenia Rolón, casi igual de ridícula que este muchacho en subir contenidos mintiendo o como quedó en evidencia en una estudio sobre los influencers políticos en la Argentina que llegaron a su «fama» desinformando.

Iñaki, está entre los influencers políticos que publican y no se retractan información falsa, conformando el grupo de personajes repudiables como Eduardo Prestofelipo más conocido como «El Presto» quien recauda dinero en las redes sociales para financiar su trabajo como influencer.

Pero estos mercenarios mediáticos, no solo encontraron que pueden entrar a la política sin experiencia, formación o militancia, sino que además pueden sumar dinero con sus intervenciones en las redes, monetizando sus canales y cobrando cifras mensuales en dólares, por si fuera poco y esto no todos lo saben, los influencer tienen un monto de hasta 20 mil dólares que no se pesifica como ocurre con quienes hacen trabajos online y cobran en dólares por esos trabajos.

Iñaki se cansó de militar en las redes a Juntos por el Cambio, alabando a Mauricio Macri y Patricia Bullrich a quien le juraba lealtad, pero, en algún momento conoció a Milei y todos sus valores y principios cambiaron, lo que lo muestra como un oportunista e improvisado ya que cuando en las entrevistas en lugar de dejarlo hablar le preguntan puntualmente no sabe responder, lo que deja en evidencia que todo lo que vende es un guion, un relato flojito de papeles.

Invitado en Crónica, el domingo 20 por la mañana el muchacho se mostraba eufórico, incluso en varias oportunidades respondió agresivo a los periodistas por preguntarle sobre una misma idea, acusándolos de querer que se contradiga en sus declaraciones, hasta que hablando del tema CONICET fue donde demostró que no tiene nada claro, primero negó que su espacio haya comparado al CONICET con la NASA, parece que entre ellos no hablan mucho porque fue la economista de su espacio Natalia Motyl quien lo hizo y más aún, demostró ser una ignorante en el tema al decir que la NASA no tiene financiamiento del Estado, algo ridículo ya que recibe miles de millones de dólares anuales para distintos estudios, ya que no solo se ocupa de temas aeroespaciales.

Pero fue humillado cuando sacaron al aire a Alberto Baruj, un investigador del CONICET, que en más de una oportunidad lo dejó pensando a Iñaki quien debió recurrir al humor para disimular que no podía responder, ejemplo cuando le preguntó si él entregaría el CONICET a una empresa inglesa, donde el muchacho quedó pensando, dijo que eso no se podía hacer, a lo que el profesional le dijo privatizar es vender y cuando vendes la oferta es para cualquiera, es la libertad que pregonan. Para salir del mal momento terminó diciendo qué el no lo haría, pero que eso hay que preguntarle a Milei.

La conclusión es que Iñaki Gutiérrez es el más bizarro del circo que tiene Milei para candidatos, un pibe que quiere parecerse y mucho a Guido Sullër, sumado al resto de influencers de LLA, donde hay para elegir, mujeres vendiendo contenidos, cosplayer, ñoquis reciclados como Píparo, adictos y sin estudios como el Dipy, onanistas como Marra, todos diciendo pavadas que muchos pavos aplauden y votan, ¿qué puede salir mal?

Por Marcelo Ricardo Hawrylciw

Un comentario de “Iñaki Gutiérrez, el «mercenario»de Milei en la comunicación de La Libertad Avanza

  1. Ese chico es una Falacia, antes me parecía creible. hoy lo veo un mercenario más. Pobre país si así están nuestros jóvenes que por dos mangos hacen cualquier cosa y Milei lo que menos tiene es un lenguaje comprensivo, sólo conoce la agresión a los que piensan diferente.

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