Walter Nicolás Di Nucci el «Profeta» de los pecados

Walter Nicolás Di Nucci, CUIT: 20-17805554-3, con domicilio en la calle 10 N° 2660 del partido de Berazategui provincia de Buenos Aires, sigue haciendo de las suyas y gozando de la impunidad que tienen los personajes como él que tienen habilidad para hacer vínculos con personajes de su calaña y vender buzones.

Nació el 26 de febrero de 1966, en Berazategui, en el seno de una tradicional familia acomodada en la zona, dedicada al rubro inmobiliario y con fuertes vínculos en la política local que los beneficio económicamente y les permitió estar en los ámbitos de poder, desde la abogacía, los medios de prensa y los negocios inmobiliarios un rubro donde se lava dinero desde hace años.

A pesar de algunos comentarios sobre los Di Nucci, siempre volaron con perfil bajo hasta que Walter decidió cortarse solo y buscar formas de vivir sin trabajar en el rubro familiar a pesar que estudió para ser martillero público, así primero fue Oficial de Policía y tuvo una carrera extremadamente breve, donde él denunció haber sido víctima de una “cama” por investigar la corrupción aunque nunca presentó pruebas de ello y luego de años de reclamar por su exoneración, apelando a todo lo que sabía sobre el funcionamiento de la Policía, consiguió una resolución favorable al estilo acá no pasó nada.

Pero la reiterada conducta de Walter Nicolás Di Nucci, en caminar al filo de las normas morales y la Ley, lo colocan como un personaje peligroso socialmente, fuera de las filas policiales, encontró una caja en la creación de un diario local El Profeta, desde el cual busco pautas del Estado, explotó a jóvenes estudiantes o inexpertos para contratarlos de forma irregular, a los que siempre pagó por debajo de los convenios y cuando alguno reclamaba los “apretaba” en esas malas conductas que aprendió cuando fue un mal policía, todos los juicios laborales en su contra los perdió, pero mediante la simulación de indigencia o ausencia de bienes NUNCA pagó esos juicios perdidos y en cada juicio, contó con la complicidad de la justicia laboral de Quilmes que le permitió dilatar los procesos con excusas que solo a Di Nucci le consideraron válidas como el presentar un escrito de propio derecho en el que decía estar actuando conforme a Dios le indicó en una revelación y que los jueces debían adecuar su conducta para no ser maldecidos al enfrentar los deseos divinos, algo que podría considerarse el escrito de un demente, en realidad le permitió ganar meses de tiempo, luego de lo cual presentó un abogado en la causa, que resultó no ser abogado y así, cambio sin motivo de abogados ganando años en un proceso que perdió, pero que nunca pagó y NO PASÓ NADA.

De jugar al periodista que NUNCA fue, encontró que era más fácil obtener dinero de los necesitados en la fe que de los políticos que además ya lo conocían muy bien y sabían de sus adicciones varias, de los escándalos familiares donde conocidos del matrimonio lo acusaban de ejercer violencia de género y de conocidos que lo señalaban como un tipo al que le gustaba recorrer la zona roja en busca de travestis, en una de esas recorridas, dijo haber sido golpeado por un travesti mientras intentaba rescatarlo y que le robaron su Nextel.

En otra de sus recorridas extrañas, atropelló a un niño que por suerte para el menor y Di Nucci no tuvo mayores consecuencias, pero los testigos señalaban que el “pastor” se encontraba en un estado “raro”, a lo que Di Nucci para despejar dudas culpaba a supuestos “ayunos” mientras se limpiaba la naríz de restos de una sustancia blanca que nunca explicó de qué se trataba.

Un día, cuando ya tenía la decisión de hacer un nuevo diario solo para publicaciones religiosas, recorriendo iglesias evangelistas en busca de recoger publicidad, al poco tiempo se auto proclamo “pastor”, sin haber estudiado, siendo un completo ignorante de la palabra de Dios, Walter era “pastor”, encontró un pastor en Quilmes que llevaba años al frente de una iglesia mientras trabajaba en Canal 9 y con un acuerdo económico de que Di Nucci debía aportar el diezmo de su recaudación, pasó a ser pastor.

Cuando quien escribe solicito a los involucrados en el reconocimiento de Di Nucci como pastor, TODOS negaron avalar las acciones de Di Nucci, nadie pudo explicar cómo llegó a pastor y solo coincidían en que debía ser WalterDi Nucci quien aclare sus acciones que pasaban de un escándalo al otro.

Así como un día apareció siendo “pastor”, un día se ascendió y se presentó como “Apóstol”,con un par de años en el medio, con supuesta formación bíblica y ya con un relato más adecuado, Di Nucci crea el Ejército de Dios, una especie de secta metida en una seudo iglesia evangélica donde la manipulación a sus integrantes era aún mayor porque no solo le debían obediencia al Apóstol sino al General de ese Ejército Divino, liderado por un tipo mundano, pecador y mitómano.

Walter Di Nucci nunca dejó de estar vinculado a policías, porque eran para él una fuente de información que él luego utilizaba en su beneficio, para eso inventó una mutual que vendía uniformes y objetos policiales sin estar habilitado y obvio le vendía a quien le pague, ofrecía supuesta asesoría administrativa y judicial, lo que le valió más de un escándalo al estafar a policías a los que les cobro por adelantado para tramitarles un pase o un servicio que nunca las consiguió.

Es sin dudas el Apóstol con más denuncias en la justicia de Quilmes, algo que cualquiera puede chequear, especialmente en el Fuero de Familia, ya que se aprovecho de su condición de líder espiritual para interferir en relaciones familiares o afectar la conducta de menores obviamente de manera negativa.

Fue mencionado en el brutal crimen de una nena Priscila Lescano del que se defendió en ese momento diciendo que no conocía a los padres, aunque luego dijo que al padre lo conocía de la calle, que no era pastor de su iglesia y que alguna vez concurría pero sin ser parte de su congregación, diciendo como excusa que a él se le acerca mucha gente porque saben que él hace liberaciones y es periodista, bueno, la realidad es que no hace liberaciones ni es periodista.

Ya Walter Din Nucci mentía y estafaba antes de meterse en la religión evangélica, en el año 2005, se presentaba como diputado provincial con tarjetas que entregaba a comerciantes y empresarios en busca de aportes para su campaña política dentro del PJ, donde era despreciado por la mayoría de los referentes que conocían muy bien su historia como por ejemplo el apoderado del PJ de esa época Daer que al ser abogdo en Quilmes tenía muy claro quien es Walter.

A pesar de las denuncias, de los escándalos y de las mentiras más ridículas de Di Nucci que dice haber hecho caminar a discapacitados, resucitar muertos, hacer exorcismos y llover oro, el tipo sigue dando vueltas en las redes sociales, mintiendo, siendo impune, arruinando vidas y familias, es todo lo contrario a lo que predica.

Hay cientos de denuncias que por desconocimiento o falta de recursos de las víctimas no prosperaron, los que tengan algo que decir que lo hagan, son estos personajes los que arruinan la fe y la esperanza de los que sufren.

Por Marcelo Ricardo Hawrylciw

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