Avellaneda: Capital del delito, vecinos denuncian corrupción policial

Una vez más el partido de Avellaneda llega a los medios nacionales por los reiterados hechos de inseguridad que van desde entraderas, a los impunes motochorros que a cada instante son noticias en las redes sociales por circular tranquilos por los barrios robando.

Los puntos preferidos por los delincuentes son los espacios donde se reúnen los vecinos, plazas o inmediaciones de centros comerciales, esporádicamente los paradas de colectivos.

Desde el municipio a la fecha solo han hecho un excelente negocio con la inseguridad sin resultados positivos, millones en cámaras que luego no funcionan y si funcionan nadie las monitorea, alarmas comunitarias que no han mejorado la seguridad y un secretario de seguridad inútil y con poca transparencia en la gestión como es Marcelo Rey.

Ahora son varias las denuncias de vecinos asaltados en las inmediaciones de Área X, curiosamente en el lugar hay una base de la Policía Local donde nunca se ve a un efectivo en la puerta en actitud de servicio y son varias las denuncias que refieren poco interés en trabajar de policías de estos efectivos que dan siempre las mismas respuestas ante una denuncia, que no se pueden mover del lugar, que no es su jurisdicción y que sus ordenes son no moverse. El enojo es porque refieren que a veces se juntan hasta 6 policías a comer y que cuando esto ocurre si se produce un robo, los policías dicen que no pueden atender porque están comiendo.

Una vez más, este medio es el único que te va a informar quienes son los responsables de la inseguridad y sus causales, no se trata de seguir mal gastando millones que no mejoran nada para los vecinos, pero que curiosamente los funcionarios en seguridad mejoran su patrimonio injustificadamente.

Causas de la inseguridad

Las causas de la inseguridad no son solo sociales y económicas, son en gran parte consecuencias de la corrupción. Corrupción que está enquistada en la justicia y la política, teniendo como últimos responsables a las fuerzas de seguridad.

Los fiscales de Avellaneda, cuyo primer jefe es el Fiscal General Guillermo Castro Moure, investigan muy poco y son rápidos para otorgar excarcelaciones, los verdaderos delincuentes, esos que son el eje principal en el delito permanecen siempre impunes, estos son los que a diario compran celulares robados con un tope de 10.000 pesos por celulares de alta gama y los venden en alrededor de 90.000 persos, un excelente negocio a costa de las víctimas donde hasta les cuesta la vida, esto se sabe, pero ni la justicia los investiga y procesa ni el municipio clausura estas cuevas ilegales que crecen en la zona ante la falta de consecuencias por financiar el delito.

Algo similar ocurre con los llamados «tranzas» dedicados a la venta de drogas, se aprehenden a consumidores, a pequeños dealers adictos, pero pocas veces llegan al tranza y mucho menos a un narcotraficante, como si la droga al que lo imputan de vender al menudeo le llegara del cielo, no hay que ser muy inteligente para darse cuenta de que existe corrupción y protección a estos delincuentes.

Los barrios donde la droga se vende sin problemas, donde se ven colas de «clientes» son focos de delito, los adictos en su desesperación por más droga no dudan en cometer cualquier delito, total no pasa nada y así no hay posibilidad alguna de mejorar la seguridad, porque la inseguridad es un negocio de los que deben ocuparse de cumplir con sus obligaciones.

Los desafío a quien sea a mostrar las estadísticas de la Delegación de Drogas Ilícitas de Avellaneda-Lanús para mostrar que cuesta muy caro el presupuesto de una división policial ineficiente y corrupta, noticias al respecto sobran incluso por denuncias de propios policías. Entonces surge la duda de si el Superintendente de Drogas de la Bonaerense es ineficiente o cómplice y si Sergio Berni está al tanto de las estadística y si comprende la situación, ya en su momento Cristián Ritondo uso los medios y la pauta de la gobernación para inventar supuestos allanamientos a bandas y búnker narcos que no lo eran, montando un circo que solo beneficiaba a los verdaderos narcos.

En el negocio de comprar lo robado no puede quedar fuera las autopartes, en Avellaneda no solo tenemos desarmaderos, sino agencias de autos que venden vehículos robados como usados, a la vista de todos, con una imponente agencia en una conocida y concurrida avenida de Avellaneda, digamos la avenida más importante, con varios allanamientos de la Policía de la Ciudad y la PFA, pero curiosamente nunca por la Policía Bonaerense.

Las cosas como son, los vecinos se quejan de la policía y está bien, son la cara más visible y cercana de los delitos, hay corruptos e ineficientes, eso no se duda, pero tienen responsables políticos, Sergio Berni debería dar explicaciones por jefes que no trabajan y el Procurador General de la Provincia de Buenos Aires Conte Grand sigue sin responder sobre la estructura ineficiente de la Procuración en la investigación de los delitos, hoy la Procuración solo hace estadísticas, notifica de la causa al delincuente, lo excarcela y que todo siga igual. Mientras varios fiscales que llegaron al cargo en transporte público han logrado comprar autos de alta gama y propiedades en barrios coquetos, pero eso a nadie le hace ruido.

La situación de las causales del delito se repiten en la amplia provincia de Buenos Aires, que alguien le avise al señor gobernador Axel Kicillof que está pasando porque el jefe político de Sergio Berni es él.

Por Marcelo Ricardo Hawrylciw

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