Milei y su ejército «libertario» de arrepentidos que se suman al Estado

Javier Milei, se la pasó diciendo que no CREE en el Estado, que el problema siempre fue el Estado grande, con cargos de funcionarios puestos a dedo sin capacidad y sin funciones que aporten a los ciudadanos, mientras los supuestos libertarios que lo apoyaron en las redes posteaban con furia frases contra los empleados estatales jurando nunca ser parte de un Estado en el que no creían.

Bueno, así como Milei les mintió a millones de argentinos, sus seguidores más radicales, también mintieron y los que no consiguieron el dinero en dólares para integrar alguna lista, sumas que arrancaban en los 60.000 dólares para ser concejal como lo denunció en todos los medios Silvina Soria y ascendía multiplicado por miles para ser diputado o senador, ahora los más pobres de esos libertarios son designados por el presidente con cargos inexistentes anteriormente y que no tienen correlato en el mundo.

Ahora es el turno del twittero Juan Pablo Carreira, más conocido por el seudónido de Juan Doe que utiliza en las redes sociales, como Director General de Comunicación Digital del Poder Ejecutivo.

Bajo el alias de Juan Doe, el designado funcionario es un activo tuitero libertario, ingeniero industrial, que conoce a Milei desde 2015 y trabajó toda la campaña en temas de comunicación digital en el equipo del consultor externo Fernando Cerimedo, quien se encuentra investigado por la justicia de Brasil y podría terminar con una condena firme por el intento de golpe de Estado a Lula Da Silva.

Doe reemplaza en el cargo a Iñaki Gutiérrez, quien estuvo a cargo de la comunicación digital del Gobierno hasta que fue desplazado a principios de año por usar la cuenta de Casa Rosada para tuitear un saludo de Año Nuevo con una foto con su novia.

Conocida por los medios la noticia, inmediatamente muchos le recordaron a Carreira sus posteos anti empleado estatal a los que insultaba y denigraba y su respuesta fue que se arrepintió de lo que pensaba, claro, es muy tentador cobrar en plena crisis un sueldo de alrededor $2.400.000 en un gobierno que fijo para el resto de los ciudadanos el salario mínimo en $180.000 es decir, un sueldo de indigencia.

Por Marcelo Ricardo Hawrylciw

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