Jorge Rizzo recargado

Jorge-Rizzo-festejosAlgunos medios, hoy se sorprendían del vocabulario utilizado por el actual presidente del Colegio Público de Abogados de la Capital Federal, el abogado Jorge Rizzo, algo habitual en él, y que en más de una oportunidad lo ha llevado a tener que pedir disculpas por sus expresiones y retractarse de los contenidos de las mismas. En esta ocasión envalentonado por lo que él considera una gesta patriótica que lo equipara a San Martín, justificó sus palabras tanto desde lo etimológico, como desde lo sintáctico.

Existen personas sanguíneas, apasionadas por lo que hacen y muchas veces se dejan llevar y no miden su vocabulario, pero en alguien con los años de militancia política como Jorge Rizzo, esto parece por lo menos inaceptable. No se trata solo del lenguaje que muchos de sus seguidores alaban al considerarlo «un lenguaje claro», porque si muchos y muchas de las personas que rinden pleitesía al «gran presidente», van a estar luego brindando conferencias sobre el maltrato, que alguno me explique cómo calificar la forma de relacionarse de Jorge Rizzo con los que no piensan como él.

Varias veces he leído en el Facebook, insultos varios y hasta invitaciones a explicarles a sus detractores a golpes como son las cosas en su mundo ofreciéndoles pasar por la oficina que ocupa en el colegio de abogados.

Es evidente que muchos por temor suelen hacer con Rizzo lo que muchos hacen con la gente que tiene una cuota de poder, volverse sus bufones para agradar al «jefe».

Ningún abogado coherente y sincero puede decir que se está defendiendo la Constitución, porque las corporaciones siempre han tenido patas en la Justicia, de hecho muchos abogados se han enriquecido por formar parte de los estudios más influyentes, pero para que esto exista es necesario un articulado muy especial.

No está mal que Rizzo haga política desde su agrupación, está mal que disfrace sus intenciones políticas, no se defiende el bien común, sino el interés personal. No está bien que se auto titulen «héroes», los héroes realizan sus actos en beneficio de la sociedad y no propio. Ni siquiera en este último tiempo ha demostrado interés por una mejor Justicia, defendiendo a jueces sospechados en sus designaciones y luego en sus fallos, aliado a un personaje como Piumato que tiene una historia que lo ubica lejos del bien común.

Rizzo se siente recargado por una fallo de la Corte Suprema de Justicia que nos demuestra a todos, que «la familia judicial» goza de buena salud, esa familia elitista, sectaria y apoyada en personajes que con un autobombo mediático, les hacen el juego a las corporaciones, desde un punto equilibrado la reforma judicial es necesaria, que puede ser perfectible es cierto, pero poner palos en lugar de aportar ideas es un acto poco democrático, y que aleja aún más a algunos abogados que solo quieren tener sus bolsillos seguros, por algo van y vienen con las alianzas.

Nos vende la imagen de un paladín de los derechos, pero nada dice y paga pautas publicitarias en medios que no respetan a los trabajadores de prensa. Entabla alianzas con quienes sabe mejor que nadie que están despilfarrando el patrimonio del Banco Ciudad.

De a poco Jorge Rizzo va degastando su imagen, veremos cuando gaste la imagen generada por sus logros quiénes lo seguirán, por ahora somos el único medio que se anima a señalar sus contradicciones. A la fecha ha esquivado debatir en El Sindical Radio, quizás sabiendo que nosotros vamos a debatir con la independencia ideológica que nos caracteriza.

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