Todos tienen derecho a ser informados correctamente, sobre las características del lugar donde va a estudiar, desde hace años, quienes conducen el IDAC han transformado una institución municipal en un «club de amigos» donde los que «pertenecen» a ese núcleo duro egresan y tienen esperanza de ser «docentes», aunque no tengan carrera docente alguna o ni siquiera hayan realizado el trayecto pedagógico que los habilite de alguna manera a cumplir funciones de docente aunque no lo sean.
Y es que incluso para poder hacer el trayecto docente es necesario ser graduado de alguna carrera superior, situación que no sería la que ocurre con varios de los docentes del IDAC, que apenas tienen el secundario como máxima formación académica, ejemplos Guillermo Fernández Morán quien es titular de guion con varias horas en las «carreras» de cine y animación, o su amigo y titular de guion Damián Barrera, ex alumno de Guillermo, se entiende así esto del club de amigos.
El hecho más relevante a tener en cuenta por quien quiera estudiar en el IDAC es que las carreras son de 4 años y el título final NO ES OFICIAL, solo tiene validez municipal en Avellaneda, es decir, la misma carrera de realizador, en escuelas con títulos oficiales es de 3 años o con 4 se obtiene una licenciatura.
Cuando el municipio intentó que el título sea reconocido oficialmente, fueron justamente los NO docentes los que manipularon la información y junto a un grupo de estudiantes consiguieron que los alumnos defendieran una mentira, que el municipio quería cerrar el IDAC o que lo quería regalar a la UNDAV, nada de eso era cierto, así, algunos de esos «estudiantes» de la resistencia lograron ser docentes, algunos hasta falseando datos ante el Tribunal de Promoción Docente, tal como lo menciono su presidenta Andrea Fabbri, más aún, el IDAC hoy no tiene rector y su director Rubén Jajdelski, no reúne tampoco los requisitos formales para ser director, así, que nada está en orden por el IDAC.
Es un buen lugar si lo tuyo es jugar al bohemio, en primer año vas a encontrar a personajes que llevan años repitiendo y que faltan a las clases a las practicas, pero no se pierden una fumata en la puerta del edificio donde el olor a porro los hace sentirse artistas, el problema no es el porro, sino que luego suben a clase los más tiernos y no dejan de reírse e interrumpir la clase.
Si uno mira el listado de docentes, lo primero que va a encontrar es que no hay entre el cuerpo gente destacada en el mundo del cine, es decir, no solo no tienen título que los avale, no poseen tampoco méritos para decir no estudio, pero es un tipo con oficio, algunos hasta dicen ser autodidactas pero renegar de la bibliografía porque entienden que están por sobre las definiciones y conceptos generales del cine y al ser de una escuela de la «resistencia» ellos pueden romper las reglas.
Lo curioso es que pregonan algo que ni ellos mismos sienten, ejemplo, si son artistas, si dicen estar por sobre las universidades que se basan en el cine comercial, si ustedes son rebeldes, promueven el cine independiente, ¿por qué mienten con el título y su validez?, ¿por qué se enojan cuando uno dice que no son docentes? o peor se ponen agresivos e insultan afirmando que se pasan los títulos y las leyes de educación por el culo.
Serían más dignos si ustedes defendieran su forma de enseñar cine, si realmente se mostraran en contra de las formas de enseñanza oficiales y ofrecieran un lugar distinto, donde las reglas sean claras y no donde no son ni chicha ni limonada.
Tienen que adoptar una identidad, pero también tienen que renovarse, las ofertas académicas son muchas, así, solo se desprestigian, se colocan en una posición poco inteligente y hacen que los pocos alumnos que poseen sean una mentira cuando tienen que hacer un rodaje no saben ni dónde están parados, el último Chonflex fue un ejemplo de mala organización y cortos fallidos en muchos aspectos técnicos, que se aplaudan entre los participantes no ayuda a mejorar, es seguir fortaleciendo la mentira del club de amigos.
Por Marcelo Ricardo Hawrylciw