El policía «carancho» de Larreta

Conocida la detención del «periodista» o militante Ezequiel Guazzora, los medios de forma corporativa e irresponsable titularon que lo detuvieron luego de «arrollar» «atropellar y «lesionar» a un policía de la Ciudad que intentó detenerlo luego de que chocara un auto, estuviera en estado de ebriedad y se peleara con un playero de un estacionamiento.

La conducta irresponsable de Guazzora es el detonante de la situación que lo tiene como protagonista y sus acciones constituyen por sí solas una serie de infracciones y delitos por los que debe responder, eso no se discute.

Ahora bien, para justificar la cantidad de policías violentos para detener a un tipo vuelve a mostrar que la Policía de la Ciudad está muy lejos de ser una fuerza profesional y que sus efectivos en la mayoría de los casos fallan o no se comportan como se espera de un policía capacitado.

En menos de 24 hs. la Policía de la Ciudad ha demostrado no poder reducir a un sujeto, no tener templanza para reducirlos y cuando usaron la pistola reglamentaria lo hicieron mal, no solo demoraron en incapacitar al agresor, hirieron a un inocente.

Ahora para reducir el bocón de Ezequiel participaron más de 12 policías que lo golpearon y arrastraron, ergo, no tienen capacidad ni formación alguna para reducir a nadie, ni a un alterado ni a un borracho. Esto es objetivo y los hechos así lo demuestran.

Carancho de CABA

Al blindaje mediático de la incapacidad policial, donde por poco aplauden que 5 policías no puedan reducir a un alienado y que de 17 disparos solo dieron 2 en el agresor, los mismos policías que se escandalizaron cuando en Ramos Mejía la policía solo arrojo gases para evitar actos de violencia, les parece natural que la policía dispare indiscriminadamente en una plaza pública.

En esa misma línea era de esperar que como ya mencioné justifiquen todos esos policías violentos en que estaban emocionalmente afectados porque Guazzora pasó por arriba a un compañero.

De los videos que recorren las redes sociales, pero curiosamente no usan los medios, se ve con total claridad que el policía en principio duda sobre lo que debe hacer, que apoya sus manos en el auto y que cuando este avanza toma impulso y salta con el cuerpo sobre el capot, esto es así, no hay interpretación alguna porque se ve muy bien, tan bien que se observa como el policía baja del capot del auto para comenzar a ensayar una lesión y caer al suelo.

Esta torpe maniobra no es nueva en las fuerzas de seguridad, muchos recordaron al gendarme carancho de la Panamericana cuando el 30 de julio del 2014, intentó detener un auto que participaba de una marcha y se arrojó sobre el parabrisas para simular un atropellamiento y estar lesionado, el conductor del auto fue rodeado por gendarmes que a los golpes lo bajaron de su auto y lo siguieron golpeando para detenerlo por el acto armado. Años después el gendarme fue procesado y embargado y el conductor indemnizado.

Hay que tener mucho cuidado cuando se hacen este tipo de operaciones, las fuerzas de seguridad deben ser profesionales y actuar conforme a derecho, el resto es una payasada.

Por Marcelo Ricardo Hawrylciw

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