A pesar de los buenos anuncios que el Ministerio de Seguridad brindó a la sociedad, respecto al proyecto de seguridad por «recuperar» el barrio de Constitución para los vecinos, la noche del 24 y la mañana del 25 de diciembre registro varios incidentes en la zona, donde hubo varios heridos por distintos delitos. Si bien la presencia policial se podía apreciar en los puntos más concurridos las calles periféricas a la estación y la plaza, mantenían el mismo nivel de exposición a ser víctima de un delito que antes.
Varios edificios tomados, casas en idénticas condiciones y la gran cantidad de personajes de paso, en busca de sexo, drogas y dinero fácil, siguen siendo una postal negativa del barrio y una tortura de los vecinos que padecen en el día a día, convivir con el delito en la puerta misma de sus casas.
Las intenciones de la Ministro Nilda Garré son muy buenas, el barrio por primera vez, recibe un compromiso de parte de un político para mejorar el vivir en un barrio que fue perdiendo la tranquilidad de los barrios para ser un lugar de paso y reunión de delincuentes de todo tipo.
Es indudable que para que esto sucediera existió y existe una compleja red de corrupción que involucra a distintos actores y funcionarios, policías, jueces, fiscales, defensores y políticos.
Pero así como destacamos el acierto de querer recuperar el barrio para los vecinos y la tranquilidad de los que obligatoriamente pasan por Constitución para ir a sus trabajos y domicilios, también es necesario destacar que para este tipo de trabajos, se necesita gente que asesore con conocimiento no solo del barrio o los reclamos de las mesas de seguridad, hay que conocer por dentro a los distintos actores, sino se trata lo visible y el problema al no ser tratado desde la raíz, corre el riesgo de ser una simple poda, que luego volverá con mayor fuerza a ocupar el espacio de delito que hoy ocupa.
En exclusiva, la foto que ilustra la nota, fue tomada a las 10:23 hs. en la calle Lima, entre Obriend y Brasil, una pelea en la que participaban alrededor de 12 personas en dos grupos integrados por hombres y mujeres.
Por Marcelo Ricardo Hawrylciw
