Clientelismo sindical y extorsión en comercio

La imagen que ilustra esta nota corresponde a un volante distribuido en la sucursal Palermo de la cadena Jumbo Cenosud en Argentina, allí se le advierte a los trabajadores que si en la próximas elecciones no votan por la lista oficialista del Secretario General del Sindicato de Empleados de Comercio de Buenos Aires, Armando Cavalieri y Eduardo Wlasiuk -este último dirigente de la Red UNI CENCOSUD- los trabajadores perderán todos los beneficios que tienen por ser afiliados al sindicato.

 El cavalierismo ha montado un negocio millonario sobre la publicitada ineficiencia de OSECAC, la obra social más numerosa de Argentina. Si el trabajador llama al 0800 de OSECAC le ofrecen turnos dentro de 60 días, pero si sos amigo del delegado cavalierista “atienden más rápido”.

Para acceder a todo beneficio que se presenta como algo gratuito existe un requisito exlcuyente: SER AFILIADO AL SINDICATO. En este esquema, la afiliación del trabajador deja de ser una tarea gremial y pasa a ser una estrategia comercial. Todo cierra perfecto. El cavalierismo es una de las maquinas más perfectas de hacer dinero con la miseria: la suya, la humana; la de los trabajadores, la salarial. Es decir; que quienes generan el problema, nos venden la solución.

‘No podría hacerlo otro’.-Si tengo un negocio, necesito clientes. Si tengo un consultorio necesito pacientes. Para ello se utilizan a los delegados que gestionan los turnos en sus consultorios sin tener que levantarse de la silla. El trabajador se queda con la idea de que le han hecho un gran favor, con un servicio desinteresado que le brindaron. El negocio vuelve a cerrar perfecto. ‘No podría hacerlo otro’ es el slogans que retumba en gran parte del sector mercantil. El cavalierismo ha encontrado ese ‘talón de Aquiles’ y lo explota sin titubear.

Hacer que el 0800 de OSECAC no de respuestas eficaces, negociar bajos salarios que no le permiten al trabajador acceder con su salario al jarabe para el hijo con fiebre, o el pañal para el bebé. “Afiliate y lo tenés gratis”, así ha ido generando la dependencia, generan una necesidad para luego satisfacerla, es el abc del marketing. El cavalierismo ha logrado que los trabajadores piensen que su sindicato es una clínica privada, una farmacia, una agencia de turismo antes que un lugar desde donde se gestan las estrategias que mitiguen la explotación que oprime desde el repositor externo, pasando por el cajero, llegando al telemarketer del call center.

EL DELEGADO CAVALIERISTA.- Los delegados cavalieristas se lavan la cara de carneros con el sudor y el sacrificio humano de las luchas que llevan su tiempo conquistarlas, mientras tanto celebran las represalias patronales que sufren los luchadores. Son gurúes a la hora transmitir la enseñanza del que reparte consejos sobre la leche derramada, de quien apuesta al fracaso para reivindicar su postura del por qué no se involucran en esas luchas que muchas veces inducen.

Un delegado honesto ve en la lucha sindical una oportunidad para dignificar el trabajo de todos, los delegados cavalieristas lo ven como un simple negocio, no tienen compañeros, los trabajadores son clientes para los consultorios médicos privados del sindicato, que se construyen sobre la ineficiencia adrede, de la obra social que sus propios jefes administran.

¿COMO SE MANTIENE UN DELEGADO CAVALIERISTA EN SU CARGO?.-Cuando hay elecciones si los trabajadores quieren formar una lista que no responda a los valores cavalieristas, deben superar una serie de obstáculos solamente para poder participar; el primero de todos es la desinformación sobre la fecha del comicio. Los delegados cavalieristas son protegidos por la dirigencia que busca perpetuarse en el poder para resguardar su negocio, en general los trabajadores toman conocimiento de la elección de delegados el día del comicio con la urna cuando ya está puesta en el lugar de trabajo para que voten. Si logran superar esa barrera de desinformación, el delegado cavalierista señala a la empresa a los opositores que deben ser despedidos. Si lo superan, lo espera otro obstáculo, la empresa otorga franco masivos el día de la elección a sus posibles votantes. En empresas que tienen más de una sucursal como Jumbo, semanas previas los cavalieristas trasladan sus votantes al lugar donde su candidato corre peligro de quedar afuera o efectivizan trabajadores eventuales y amenazan con quitar los beneficios para los afiliados si no son votados.

La empresa colabora adulterando los recibos de sueldo para cumplir los requisitos de antigüedad para votar. En este contexto los cavalieristas alegan que existe libertad sindical por el hecho de que realizan elecciones de delegados. Aún así, muchas veces pierden, entonces el aparato cavalierista les pone a su disposición el capital para recuperar el terreno perdido, mientras tanto operan negativamente sobre el ánimo de los trabajadores, porque los trabajadores enojados son la materia prima que necesitan para conspirar, ellos suponen que el descontento con los nuevos delegados hace subir sus acciones y entonces volverán votarlos, porque los delegados cavalieristas tienen mucho talento para subestimar a la gente.

Y cada mes pasan por sus gremios a cobrar las comisiones por cada paciente que derivan con sus ‘desinteresadas’ gestiones de turnos y la empresa le reconoce las horas de trabajo que no trabajó, es su retribución a su militancia del desánimo que solo le conviene a los cavalieristas y a la empresa. Los cavalieristas jamás podrían caminar en la vida con la dignidad que lo hacen muchas de esas personas que luchan a pesar de todas las represalias, ni pueden entender que hay cosas que no tienen precio. Los cavalieristas ponen su precio, alguien lo paga. Es todo.

A MODO DE REFLEXIÓN.- Los trabajadores afiliados al Sindicato de Comercio, debieran interrogarse: ¿porque el gremio que tiene más afiliados en la Argentina, tiene el peor sueldo de convenio? Si bien la respuesta tiene la obviedad de responsabilizar … a la conducción, existe otro tipo de determinaciones que son más graves y que condenan a los trabajadores a sueldos paupérrimos. Este gremio, se convirtió en el refugio de empresarios ajenos a la actividad, para legalizar salarios miserables, con ello condenan a los trabajadores de comercio a una situación irreversible; toda tarea en la que hubiese dudas en su encuadramiento gremial, los trabajadores fueron y son afiliados compulsivamente a Comercio. Miles de trabajadores pertenecientes a empresas que realizan trabajos tercerizados, u otros que se desempeñan en los nuevos empleos generados por los desarrollos tecnológicos, (programadores, operadores de call-center etc.); quedan encuadrados dentro de la actividad mercantil y administrativa de las empresas, con el agregado de actividades civiles, añadido en la etapa de neoliberalismo. La masa de aportantes, luego se convierte en grandes emprendimientos; (Tierra Santa, Parque Norte, Hotelería etc.), que se exhiben como una gran capacidad de gerenciamiento; eso sí, jamás los aportantes son consultados sobre la asignación de recursos, de hacerlo, hubiesen preferido destinar los mismos, a eliminar el sistema arancelado de OSECAC y fortalecer los sistemas de atención primaria y consultorios externos, equiparables a la saturación existente en la estructura pública. Ante los afiliados se exhiben estas obras, como una gran capacidad de gerenciamiento, mutando la actividad gremial en una actividad mutual de pésima calidad, donde los logros son el incremento patrimonial del Sindicato, en vez de ser el poder adquisitivo de un trabajador. Con esta política, jamás se discutirá el ingreso del trabajador, desde la riqueza que produce su trabajo, apenas se recupera el poder adquisitivo perdido, en el proceso inflacionario. Considerando que la actividad mercantil es el último eslabón en una cadena de agregación de valor, es inadmisible que jamás desde el gremio, se identifique a los formadores de precios y sus prácticas distorsivas de precios en las intervenciones cartelizadas u oligopólicas. Tampoco el gremio trabaja para fortalecer la actividad, incrementar sus productividades mediante las transformaciones tecnológicas existentes, en ello podrían fortalecer al pequeño comercio, y generar condiciones dignas de ingreso, para sus empleados, cuestión irrefutable toda vez, que la discusión salarial es más sencilla resolverla con la cámara de almaceneros que con Coto o Cencosud. El intento de organización de los trabajadores de comercio, tiene una connotación política significativa, porque significa recuperar la actividad para el conjunto de nuestro pueblo, y discutir con los sectores concentrados de la economía, la riqueza que genera el trabajador de comercio, erradicar sus prácticas de apropiación de riqueza vía precios, y terminar con categorías salariales formadas a medida de los empresarios, donde no existen diferenciación alguna; para reconstruirlas desde la riqueza que produce el trabajo. Humildemente desde nuestro espacio los invitamos a pensar la patria, desde la actividad económica y la riqueza que generan con su trabajo, es hora de volcar un NO rotundo, a esta práctica gremial, la derrota de esta conducciónes cavalieristas que a lo largo y ancho de la Argentina no representan a los trabajadores de comercio porque no surgen de sus bases ni defienden sus intereses porque también son patrones, cada lucha que se da por mínima que sea y cualquiera sea su resultado es una señal de que los trabajadores se proponen ser sujetos de la historia, y no aceptan más, ser objeto de las gestiones gerenciales de los gremios como sucede en comercio con los cavalieristas.

Un comentario de “Clientelismo sindical y extorsión en comercio

  1. Cavalieri siempre fue un carnero. Igual que Martínez, Caló, Pedraza y toda esa manga de delincuentes.
    Nunca fui moyanista ni barrionuevista (de hecho, los detesto), pero aunque sea esos dos tienen la viveza de defender a los camioneros y a los gastronómicos (respectivamente).

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