Bajo el control de Cronos

CronosTuvimos una mala noche y la extraña suerte de que pensamos que la música del celular era parte de nuestro sueño. Desayunamos a las apuradas un toque de Cindor y una galleta media vieja para salir «a las chapas». El subte anda muy mal, por lo tanto, ponemos toda nuestra fuerza de Felipe Contempomi pero con musculatura bancaria e ingresamos al viejo vagón. Salimos por Florida y como atletas entrenados para los juegos olímpicos elevamos nuestra velocidad esquivando gente cual Ayrton Senna (se percibe la ansiedad por llegar a la entidad). Contemplamos el reloj e indica las 9:44 hs. – no… no me olvidé la tarjeta magnética por suerte, sino entro a las 10:10 hs. entre que te registran que sos del banco, te sacan una foto carnet digital y hasta quizas en algun día coloquen nuestros dedos para analizar nuestras huellas digitales…- Atravesamos el molinete, que extrañamente indica una hora diferente a la de nuestro reloj… pero no importa. Podemos compensar nuestro horario evitando ir a buscar algun alfajor o refrigerio para desacelerar los gritos de nuestro estómago (Espero que algún cumpleañero reparta facturas…). Pero algunos somos fumadores ansiosos y luego de atender varios llamados de gente enfurecida por algun débito o por algun otro reclamo en general, decidimos mirar nuestro reloj otra vez y salir a fumar. Lejos del Banco… a mas o menos 500 metros de distancia, pues dicen las misteriosas leyendas que si te agarran fumando cerca de la institución, te sacan la cabeza y aparece la filmación en You Tube como en esos videos de la Yihhad Islámica. Diez minutos no hace nada… lo compensaré con el almuerzo. Ingeriré alimentos en el cuartito del 6°. 15 horas, me voy almorzar… pero como? Que cuartito tan chico, che… no hay mucho aire y el ambiente se percibe deprimente, asfixiante (yo pensaba que era como el comedor de directores… donde sirven vino del mejor, o menos que eso). Mejor salgo un poco, quiero comer comida de verdad. Salimos en banda, cansados de clientes y el ticki ticki no de Cappa sino de la PC. Esperamos la comida, quince minutos. Comemos en otros quince minutos… y devoramos el postre y para no perder tiempo le tiramos el café encima porque Cronoss nos apura. Volvemos… muy rápido! Tomándonos el estómago como heridos de guerra, porque hemos ingerido los alimentos de forma acelerada (ni me quiero imaginar en las sucursales… donde parece que ni siquiera se respeta el horario de refrigerio) Y ahora? Me llaman de personal… que pasó?: «señor, no tiene marcado el ingreso… debe ir a realizar la verificación a seguridad». Ingresamos en un ambiente extraño, parece que hemos robado las joyas de la real corona española. Nos hacen contemplar unos videos…Sí! ese soy yo…el que intenta colocar la tarjeta magnética y prueba en varios molinetes porque muchos se «cuelgan»… (dicen que costaron mucho dinero… pero debe ser un error del sistema). Verificado mi ingreso, pongo mi brazo pues tal vez sería mas facil que me coloquen un código de barras o un microchip en la nuca para corroborar que hago. Salgo… pienso que la cámara me va a seguir, pero no… vi muchas películas seguramente.
Todo concluye… las 17:15 hs., pero no… me tengo que quedar hasta las 18 horas para compensar el tiempo perdido. Y lo logro! Soy una persona
feliz que he completado los 405 minutos. Ahora puedo gozar de los premios a la productividad sin culpa. Pero ahora que me acuerdo bien… ¿Los molinetes no eran para seguridad, para que no ingrese gente sospechosa? Quizas nosotros seamos los sospechosos… Mmmmh… soy muy paranoico me parece o estoy escuchando mucho a Ozzy Osborne. Y la Gremial? Bien, gracias… en Esmeralda.
Lucas Manuel Fernandez
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