Mi viejo

Mi padre, Armando Desplats, de ahora en adelante papá. Nació entre las presidencias de Alvear e Yrigoyen. ¿Sera por eso que es tan radical?
Realizo sus estudios primarios en la Escuela pública, con mucho honor, Benjamín Matienzo. A la misma que después fui yo. Y luego mis hijos.
El día que cumplió los 21 años, en 1949, se afilio a la Unión Cívica Radical. Si no fuera porque varias veces las dictaduras hicieron caer todos los Derechos Cívicos, los partidos políticos y sus afiliaciones. Hoy tendría 74 años de afiliado radical. Cada vez que se abrió de nuevo la posibilidad legal de afiliarse lo hizo. La última hace un poco más de 40 años. Es el mayor tiempo consecutivo que logro de afiliado. Es nuestro mayor tiempo de estabilidad democrática.
Cuando hubo que poner el cuerpo lo puso. Dos veces participo de la función pública en gobiernos radicales. La primera con Arturo Illia. Donde el 1 de setiembre de 1964 puso en juego su vida en un tiroteo. En pleno cumplimiento de una orden directa del Presidente de la Nación. Hubo muertos y heridos. Cuando todo termino papá reunió a las fuerzas policiales que tenía a su mando. Los llevo a la comisaria. Y se puso a disposición de la Justicia. Que los libero a la semana. Cumplidos todos los trámites procesales. Así es papá, recto.
Papá intento resistirse al golpe de estado del 66. Reunió hombres y armas. Estaba dispuesto a defender la democracia y al viejo con su vida. Illia le ordeno que desista y le dijo que no quería el peso de la sangre argentina derramada en su conciencia. Papá es el joven de pelo muy corto y ojos muy claros que salió a la espalda de Illia ese día.
Papá siempre tomo muy en serio sus responsabilidades como afiliado radical y participó activamente en la vida partidaria. En los Ateneos cuando se podía. O en nuestra propia casa. Cual comité en las sombras. Cuando estaba prohibido y todo se hacía con disimulos y cuidados.
Durante la dictadura en 1.977 presentó una denuncia por administración fraudulenta contra el EAM 78 y el almirante Lacoste, primo de Videla. Y luego denuncio penalmente el sistema de compras ilegales que después se conoció como la mafia de los coroneles. En ese momento nos enseñaron una rutina por si venían a buscar a papá. Al padre de Alejandro, un compañero mío del Matienzo, se lo llevaron. Por presentar Habeas Corpus. Frio desde el alma. Eso es el miedo.
Después papá fue funcionario del que es mi mayor referente en la política. Raúl Alfonsín. El hombre que me hizo memorizar para siempre el preámbulo de nuestra Constitución. El padre de la Democracia. Al que admiro, me emociona su recuerdo. Y al que me duele tanto cuando lo agravian y descalifican injustamente. Rastreramente. Impunemente.
Papá participo de numerosas y acaloradas internas. Gano y perdió. Y siempre respeto sus resultados. Solo voto a candidatos radicales o fruto de alianzas de la UCR toda su vida.
En este balotaje, con 95 años podría solo no ir a votar.
Pero tantos años vivió sin Derechos Cívicos. Que nunca va a dejar de ir a una votación.
Y menos aun cuando la actualidad pone en juego el pacto de convivencia democrática de nuestra sociedad. Milei y Villarruel ponen en juego la Democracia y el contrato social de nuestro pueblo.
Los problemas de la Democracia solo se pueden solucionar con más y mejor Democracia.
Papá por primera vez en su vida va a votar a un candidato peronista. En un voto totalmente Radical.
Por Alem y los revolucionarios del Parque. Por sus nietas y nietos. Por la vida y por la Paz.
Gustavo Desplats (que también vota a Massa)

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