En medio de duras críticas a la CGI del Banco Ciudad, encabezada por el polémico y siempre ausente delegado general Miguel Maggio, las autoridades del Banco Ciudad, vuelven con su política de adoctrinamiento a los empleados «rebeldes» que reclaman mejores condiciones laborales.
Según denuncian distintas publicaciones y compañeros, desde hace más de 10 días se produjo la cesantía laboral (despido) del cajero de la sucursal Nº 43 Emmanuel Cappone, sin que mediara causa justificada o sumario previo alguno. La jurisprudencia laboral es muy clara en cuanto a que los despidos deben tener además de causales, medidas previas, es decir, el trabajador debe haber sido notificado de alguna falta que este hubiera cometido y de las sanciones pendientes sobre él.
Esto parece imoprtar poco a la gestión de Federico Sturzenegger, ya que en caso de reclamo judicial, cosa que seguramente ocurrirá y que el Banco Ciudad perderá la demanda en sede judicial, será con el dinero de los contribuyentes una vez más, que se pagarán los errores de nefastos personajes que no saben administrar lo ajeno, pero sí muy bien lo propio.
Este tipo de medidas que son claramente equivocadas, deberían pagarse las costas con el patrimonio personal del funcionario que las avala, y de esta manera se evita malgastar el dinero público.
Mientras esto ocurre en el banco, la CGI hace silencio respecto al tema, tal vez por no tratarse de alguno de sus «amigos» a los que sí se los protege, se les apoya en ascensos o se los «guarda» enviándolos a nuevos proyectos del banco para sacarlos de foco de tormenta cuando así sucede. Lamentablemente Emmanuel, por sí actuar como un hombre y dar la cara en defensa de todos los compañeros del banco, pagó en absoluta soledad muy caro su reclamo.
Que esto sirva de ejemplo, de que cuando se bajan los brazos vienen por todos, de que cuando hay traidores también hay cómplices, de que cuando hay corrupción, hay arreglos, y que cuando todos se callan, nada, ni nadie cambiará la realidad.
Maggio lo hizo.
