Reabre el prostíbulo de Levy, dueño de Cromañon

prostíbulo-Once-reparacioneNOTICIAS URBANAS demostró que reabrió el prostíbulo Quatro Cat’s, propiedad de Rafael Levy y Raúl Vengrover a través de la off-shore National Uranums Corporation. Por su lado, los familiares de Cromañón y La Alameda revelaron un pacto entre un funcionario, policías y lacayos de los empresarios para la reapertura del local clausurado.

Por Lucas Schaerer

Con las manos en la masa se titula la denuncia de José Iglesias, referente de los padres de Cromañón, y Gustavo Vera de la Alameda, sobre un pacto espurio para reabrir el clausurado prostíbulo Quatro Cat’s, propiedad de Rafael Levy y Raúl Vengrover a través de la off shore National Uranums Corporation.

Dos efectivos de la comisaría 7ª, funcionarios porteños y dos lacayos de los empresarios Rafael Levy y Raúl Vengrover se encontraron este martes 8, desde las 14 a 15.15. La cita fue en el bar La Toja, que cuenta con amplios ventanales hacia la avenida Rivadavia esquina La Rioja.

«Delante de varios vecinos se desarrolló la cita para la impunidad. Allí se reunieron Maximiliano Ramírez, Jorge Samoros -dos gerenciadores del prostíbulo-, un funcionario del Gobierno porteño y policías de la Comisaria 7ª. Allí pactaron el cambio de titularidad del prostíbulo Quatro Cat’s (Rivadavia 3007), el levantamiento de clausura ordenado por la juez María Romilda Servini de Cubría y la próxima habilitación en otro rubro, un bar, para que en unos meses convertirlo nuevamente en prostíbulo», revelaron en conjunto José Iglesias, referente de los padres de República Cromañón, y Gustavo Vera por la organización Alameda.

Quatro Cat’s fue escrachado en diciembre por La Alameda y los familiares de las víctimas de Cromañón más los vecinos luego de comprobar, mediante cámara oculta, la reducción a la servidumbre de una mujer peruana. Esa denuncia fue acompañada por la Defensoría del Pueblo porteña y la investigación quedo en manos del fiscal federal Gerardo Di Masi.

De la reunión en el bar La Toja, agregaron Iglesias y Vera, «hubo cruce de cheques, mientras que en otra mesa el gerenciador del Hotel Leblón (Rivadavia 3011), Roberto Casal del Rey (socio de Andrés Losada) también repartía cheques a otros inspectores y policías de la 7ª, con el fin de levantar la clausura de dicho hotel -que los fines de semana igual sigue en actividad- que fuera denunciado por ser en realidad sitio para concretar la explotación sexual de las mujeres dominicanas ubicadas en la Plaza Miserere. Encima en ese hotel encontraron ayer un muerto».

NOTICIAS URBANAS confirmó que el lunes delante de un patrullero de la seccional 7ª se reabrió el local clausurado por la jueza Servini de Cubria y el fiscal Di Masi.

Mientras que este miércoles comenzaran los primeros trabajos de los albañiles de nacionalidad paraguaya presuntamente indocumentados. NOTICIAS URBANAS lo certificó en persona y fotografió cuando se retiraban materiales de la casa de explotación sexual hacia la calle Ecuador. Esos desperdicios los dejaron dentro de Textirama, la saladita que fuera clausurada la semana pasada también tras una cámara oculta y escrache de las organizaciones civiles.

El local de Rivadavia 3007 desde hacia meses que ya tenía desaparecido las tres fajas rojas (ver foto) de la justicia. La intervención por entonces de la justicia no fue producto de su trabajo para aplicar la ley de profilaxis, que prohíbe tácitamente las casas de explotación sexual. La organización Alameda filmó dentro del prostíbulo. Con ello se demostró que se debía pagar a un hombre para salir con una mujer al hotel Leblón y que esta mujer era una indocumentada peruana que vivía en los vagones de un tren. Esa filmación divulgada en los medios televisivos fue acompañada por un escrache de la Alameda, los vecinos de Once, los familiares de las víctimas del incendio ocurrido hace cinco años en la misma manzana del prostíbulo.

Los denunciantes de Rafael Levy -pronto a juicio oral por la tragedia de Cromañón- y Raúl Vengrover prometen que «van a perseguir a estos delincuentes allí donde se encuentren hasta llevarlos a prisión. Afortunadamente ya hay muchos ojos honestos en el barrio de once siguiéndoles sus pasos y sus andanzas con funcionarios políticos y policiales corruptos. Todo esto será notificado a la jueza Servini y más temprano que tarde habrá justicia».

Para terminar su denuncia dejaron en claro que «hace casi cinco años, nada hicimos y en el mismo lugar se produjo Cromañón. Hace más de quince años, tampoco nada hicimos y se produjo Kheyvis. Ya basta».

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