Ramón Gabriel Leiva, ¿corrupto o ineficiente?

La gestión del reelecto intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi, tiene por curioso detalle, el haber armado un gabinete de funcionarios con muy mala imagen entre los vecinos, casi como si Ferraresi sabiendo que no tiene una nueva reelección empujara a los vecinos a votar otra opción diferente al peronismo, en una especie de pausa y campaña posterior de clamor.

Habiendo funcionarios probos en el municipio, optó por personajes que poco y nada han aportado desde la política o la función al bienestar de los vecinos y para peor, no tienen diálogo o aceptación.

En ese universo de funcionarios que ya he mencionado varias veces, aterrizó el ex concejal Ramón Gabriel Leiva nada menos que en la Dirección General de Tránsito, un lugar clave por muchas cuestiones que van desde la política a algunos negocios espurios que los vecinos ignoran, algunos de ellos hasta involucran a barras de clubes de fútbol y los bomberos voluntarios en lo que al control del estacionamiento se refiere los días de partidos en el municipio, pero también el acompañamiento de los micros de los clubes por parte de personal de tránsito, esto revelado por personal que ha cumplido varias veces esas tareas de mala gana porque el negocio es de los de arriba.

Con Ramón Leiva he compartido varias charlas y hasta es agradable como persona, pero no por ello uno va a quedarse callado si como funcionario ha dado sobradas muestras de ser o corrupto o ineficiente, espero que luego de esta nota algo cambie y crea que es solo lentitud en cumplir con sus obligaciones de funcionario público y entender que está al servicio de los vecinos y no para pasarla bien y cobrar un sueldo calentando una silla.

Avellaneda tiene serios problemas de tránsito, mientras que por un lado siguen las quejas de multas mal confeccionadas y de que existe un sistema recaudatorio contrario al espíritu de la Ley Nacional de Tránsito, por otro lado donde se podría recaudar ajustado a la Ley y las Ordenanzas vigentes, es donde el municipio sospechosamente mira para otro lado.

Leiva tiene muchos años como político local y me consta que hay cuestiones que no ignora, una de ellas la impunidad con la que algunas empresas a diario hacen lo que se les canta en materia de estacionamiento de camiones, la primera es Exolgan S.A, ubicada en Dock Sud, no suma más quejas y denuncias porque está en un área marginal de la ciudad, pero no por eso, sus actividades violan a diario la Ley y las Ordenanzas.

La otra empresa que sí tiene cansados a los vecinos del barrio es la firma Pozo de galletitas y otros productos alimenticios, la empresa se ubica en el barrio de Gerli y el principal problema surge de que el ingreso de los camiones de gran porte es por la calle Heredia y su intersección con Nazar, allí los camiones estacionan sobre las veredas, obstruyen garages de vecinos, rompen cordones al girar, circulan de contra mano incluso marcha atrás, lo que ha generado discusiones por el peligro de que un auto no se ve por el chofer del camión si queda detrás ya que es un punto ciego, cortan cables y dañan vehículos con total impunidad, se han juntado firmas, se han hecho los reclamos, pero todo sigue igual, en el colmo de la pavada, el Centro de Atención al Vecino suele archivar los reclamos como solucionados, una mentira que no resiste un día.

A la fecha, el municipio no ha repuesto el farol led que habían colocado en la intersección de las calles Tapalqué y Tres Sargentos, que junto al palo rompió un camión de Pozo que ni se detuvo, cambiaron el poste, pero nunca repusieron el farol, dejando la esquina a oscuras en medio de una ola de inseguridad.

Talleres de dudosa habilitación que usan la vereda pública como una extensión del local, donde impiden el paso de los vecinos y además vierten fluidos contaminantes a la vía pública a metros de la base de la Policía Local y de los Cuidadores Ciudadanos, dando una pésima imagen para el resto de los vecinos, donde es lo mismo el que cumple que el que lucra haciendo lo que le queda más cómodo, así no hay orden y así no hay transparencia en la gestión.

En esta nota le dejo un mix de fotos de infractores y un video de lo que padecen los vecinos de Gerli por la falta de controles de la gente de tránsito y de los Cuidadores Ciudadanos, que dependen de Marcelo Rey, que al parecer no los ha capacitado para que hagan su trabajo, esto según sus propias palabras de inspectores de tránsito, por lo que lo voy a sumar a los funcionarios corruptos o ineficientes.

Ni Leiva ni Rey han podido responder a los vecinos la presencia de los «trapitos» de Avellaneda Centro, especialmente el que está en Av. Mitre entre Lavalle y Berutti que suele conducir los autos que le dejan estacionados en doble fila y maltratar a los que pretenden estacionar en una cuadra donde los carteles indican que es de libre estacionamiento, es decir, alguien habilita a un matón a «apretar» a los vecinos para que paguen donde es gratis, entonces para qué están los cuidadores y los agentes de control vial?, más aún, la policía? es cómplice?.

Señor Jorge Ferrarsi, ¿usted avala todo este mamarracho?

Por Marcelo Ricardo Hawrylciw

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