PAMI, Luana Volnovich y la cueva de Alí Babá

Luana Volnovich nació en Río de Janeiro, el 26 de septiembre de 1979. Estudió para politóloga en la UBA e hizo alguna una especialización en políticas públicas en FLACSO. Volnovich tiene una vida digna de una serie de Netflix: su novio Iván Heyn en diciembre 2011 estando en Montevideo, apareció en un hotel ahorcado con un cinto en su cuello. Nunca se supo si lo que le pasó a este economista de La Cámpora, fue por un juego sexual o si fue un asesinato. La carioca Luana en realidad pensaba que fue asesinado. Ni las autoridades uruguayas ni las argentinas se esforzaron en aclarar que había pasado (ni siquiera se le realizaron pruebas de adn a las prendas de interior femeninas encontradas en la habitación). Los familiares del fallecido aparentemente tampoco se preocuparon demasiado.

Nada mejor que convocar a mi amigo el médico «Hipócrates de Berisso»: «esta mujer no tiene la menor idea de prestaciones sanitarias, no puede diferenciar una jeringa de un supositorio, encima le pusieron de segundo a un salame picado fino que apenas sabe contar hasta diez». Supongo que se refiere a Martín Rodríguez, novio de Volnovich con quien compartió sus vacaciones en el peligroso estado mexicano de Quintana Roo. Me cuestan conseguir datos de este muchachito, salvo que viene de Hurlingham y que estaba enfrentado al actual ministro Zavaleta. Trabajadores del Pami, sostienen que tampoco tiene la menor idea de temas sanitarios y que al igual que la número 1, delegan en asesores fantasmas casi todos los temas de la obra social. Además han hecho ingresar cientos de inútiles en todos los distritos, en un organismo en el que seguramente sobran casi la mitad de los que cobran los sueldos y muchos ya son ñoquis históricos. El presidente Fernández, coherente con toda su gestión de estos más de 2 años, ratificó a ambos personas en sus puestos, a pesar que dejaron sin firmas de autorización al Pami durante más de dos semanas y de distintos problemas que ocasionaron, como dos prestadores oncológicos que como nadie los atendía, interrumpieran sus servicios a los pacientes.

Indagando un poco más, sobre el pasado de Luana, por suerte me crucé con mi amigo «Barrabás de Liniers»: «si, si nene, claro que la conozco a Ojos de Huevo Duro, trabajó un poco más de un año en un pequeño grupo empresario de mi barrio, no me preguntes sus nombres ya que no son malas personas, y además igual que yo son sufridos hinchas de Vélez Sarsfield». Y agrega: «la piba durante más o menos un año les hacía algunos trabajos para la página web del grupo y además algunas cosas que tenían que ver con licitaciones más que nada del mercado de la salud, ya que tenía algunos contactos tanto en Argentina como en su país Brasil».

El PAMI en realidad se llama Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados. Fue creado por ley en el año 1971 durante la dictadura de Lanusse. El sistema financiero perverso con el que se maneja PAMI -tal como relata Hipócrates «es un Sistema de Cartera Fija: se pacta con el prestador, un monto de dinero determinado en base a tasas de uso de distintas patologías, con lo cual el prestador termina atendiendo hasta que tiene ganas o le conviene según sus tasas de ganancias, después de lo cual viene la no atención o un bicicleteo salvaje del paciente». Con el agravante de que PAMI no audita en lo más mínimo a los prestadores. Desde su creación jamás se brindó información al público, o sea que se desconocen todas las cuestiones sanitarias internas. Ya llevamos 52 años de desfalcos, estafas, defraudaciones al Estado, asociaciones ilícitas y choreos a 4 manos, donde los prestadores son agujeros negros, que reciben montos enormes y sus costos son mínimos o muchas veces iguales a cero. Conforme mi experiencia en Obras Sociales y en el Sistema de Salud -y una auditoría que realicé hace unos años en Pami-, es imposible que en el marco de una naturaleza tan perversa, los funcionarios políticos y los de carrera no reciban dineros de retornos de los prestadores: nadie en esos ámbitos públicos hace de boludo gratis. Se tiran cientos de millones de dólares todos los meses, pero no van a la basura sino que van a parar a prestadores y sub prestadores basura.

Nada mejor que consultar a mi amigo «Luzbelito de Py» sobre los eventuales delitos: «Nene que eventuales delitos ni chanchos voladores, hubo cientos de denuncias en los últimos 30 años, te recuerdo además que conforme las leyes 23360 y 23361 el ámbito de actuación es la Justicia Federal. Y se puede apreciar a simple vista, que debería caerles a funcionarios políticos y de carrera, la mitad del Código Penal por la cabeza». Y agrega: «pero vos sabes tan bien como yo que nunca pasa nada, gracias a la Alcancía Sagrada de Py y que como decía el Negro Olmedo, poniendo estaba la gansa». Preguntado Luzbelito sobre los niveles de los retornos, su respuesta como siempre fue muy clara: «Si tenés prestadores cuyos costos son un 10 o 15% de sus ingresos, perfectamente pueden pagar coimas del 30 o 40%. Y de paso pregúntate ¿por qué ningún gobierno en medio siglo se decidió a terminar con este disparate y pasar a un sistema sanitario coherente y científico?»

Hace unos días publiqué una nota, relatando como la estructura burocrática y corrupta de PAMI, me convirtió en discapacitado, al negarme un medicamento prescrito por 3 médicos que son docentes universitarios, para que la deltisona que consumo hace 5 años, no me provoque más daños. Pero al menos todavía respiro, ya que estos criminales además de robar sin dudas matan pacientes. En todo el «mercado de la salud» aparecen casos, donde la industria farmaceútica paga a los galenos para que recomienden determinadas marcas. Pero en PAMI además se presentarían distintos casos, donde los médicos cobran para no recetar determinados remedios, en muchos casos de alto costo. La mayoría de la gente desconoce, que los verdaderos propietarios de PAMI, somos los jubilados y pensionados, ya que la Anses nos descuenta todos los meses para sustentar la obra social

Un vademecum espantoso y otras calamidades, se suman a la propaganda oficial falsa que sostiene que nos dan la medicación gratis: en muchas patologías tenemos que pagar la mitad, tal como ocurre con los histamínicos o las cremas dermatológicas.

Hace unos veinte años, la mayoría de los sellos de goma, les eran asignados por radio pasillo de PAMI a Luis Barrionuevo y Coti Nosiglia, y alternativamente a asociaciones comerciales entre ambos. Luego por el 2006/7 se hablaba de las «cajas del albertismo» y el malo de la película pasó a ser el jefe superintendente de salud un tal Capaccioli, con una o dos condenas penales por distintos delitos. Desde hace dos años, la mira se puso en el ministro eyectado Gines -con su academia denominada Universidad ISalud- en tanto luego, las lenguas ardientes resaltan a la ministra que estudio medicina en una academia privada disfrazada también de universidad.

Para terminar de graficar el desmadre PAMI, solo nos basta con ver un prestador llamado Gerenciamiento Hospitalario SA, al cual miles de afiliados de los barrios más pobres de la ciudad -Pompeya, Soldati, Lugano, Villa Riachuelo- debemos recurrir en caso de necesitar especialistas, operaciones o internaciones. Esta empresa no brindó servicios en la pandemia, y es un verdadero sello de goma o cáscara vacía, ubicada en la calle Portela 2945/67/75. Allí mismo esta gente tiene otros sellos, como Uai Salud -Unión Argentina Integrada de Salud con supuestas sucursales en Lomas de Zamora y Florencio Varela- que tiene decenas de denuncias en la SSS -Superintendencia de Servicios de Salud- por no atender o prestar pésimos servicios a los afiliados de esa prepaga. También in situ tienen el Sanatorio Santa Barbara y el Hospital Universitario, con menos de cien camas de internaciones. ¿Cómo semejantes sellos de goma pueden dar prestaciones a miles de afiliados? Simplemente no las dan, e incluso me consta que cuando algún afiliado de Pami llega a su guardia por una urgencia, automáticamente tratan de «tirarlo» al Hospital Pyneiro o al Penna. Imposible saber cuantos millones de dólares por mes se tragan estos sellos de goma, gracias al modelo delincuencial del PAMI. Pero las cifras son catastrófricas considerando a miles de cáscaras vacías de los 24 distritos del país y sin dudas los retornos que perciben los funcionarios, superan los cien millones de dólares anuales.

Jorge Omar Rodríguez, Economista UBA, Analista de Narcotráfico y Delitos Complejos

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