Los últimos días estuvo en el candelero mediático por sus comentarios homofóbicos en una entrevista radial, y por ser quien escribió una biografía del presidente, que presentó ante escasa audiencia y entre escraches en la Feria del Libro. Desde 2008 viene esquivando a la justicia: el hombre que se muestra con un pañuelo celeste y es fervoroso católico, fue denunciado por la madre de su hija por haberla golpeado para que aborte. Luego volvió a ser llevado a la justicia por intentar abusar de su hija de solo cuatro años, lo que él consideró solo “un juego”.
Nicolás Márquez sonríe de soslayo. Siempre lo hace. Es una especie de mueca de desdén canchera que no llega a ser sonrisa, y que hasta parece copiada con precisión de algún personaje de película. Él mismo parece una creación ficcional, nada en su vida es lo que pretende ser: un hombre culto e íntegro.
El miércoles 8 de mayo estaba expectante. Esperaba llenar la sala mayor de la Feria del Libro para la presentación de su última obra: «Javier Milei, la revolución que no vieron venir». Durante varios días su nombre y su voz había circulado en numerosos medios pues en gira mediática de promoción, en una entrevista dio su opinión: dijo que la homosexualidad es una desviación moral que, además, provoca numerosas enfermedades, tendencias adictivas t una proyección de vida de 25 años menos que los heterosexuales. Los dichos – sin ningún fundamento empírico – no cayeron en mucha gente, incluso en personajes que hasta entonces consideraba amigos, como Jaime Bayly.
De todos modos, lejos de afectarle negativamente esa difusión parece halagarlo. Pero en la Feria las cosas no salieron como esperaba: en una sala para dos mil personas, apenas llenaron las primeras filas unas doscientas, y la mayoría eran sus amigos: desde Lilia Lemoine y Dannan hasta Alfredo Tiburcio Benegas Lynch y Vicente Massot, toda la plana de referentes de la extrema derecha, desde lo más improvisado a lo más rancio. Afuera, una multitud con pancartas coreaba: «Eso no es libertad, eso es odio!», a modo de protesta por la presencia de Nicolás Márquez.
No es la primera vez que Márquez es centro de conflicto. Le pasó en diferentes momentos y lugares. Solo dos ejemplos:
En 2017 Perú, a donde fue a dar una charla como parte de la campaña local «Con mis hijos no te metas» fue entrevistado por la periodista Patricia Del Río y se generó un intercambio que fue subiendo en intensidad al punto que Márquez trató de «ignorante sin información médica» cuando ella intentó refutar alguna de sus afirmaciones biologicistas casi mengelianas.
En 2018 fue a dar una charla a una escuela evangélica de Neuquén. El discurso de odio homofóbico era tan virulento que aún en una escuela religiosa, causó espanto entre los alumnos que empezaron a filmar la charla y a recriminarle que bajara el nivel de furia. Lejos de amainar, hizo callar a los alumnos de manera violenta.
En declaraciones a LU5, Pía una de las estudiantes afirmó que junto con sus compañeras se sintieron ofendidas por la charla. Aseguró que no era una actividad obligatoria pero que hay responsabilidad en la institución porque se hizo en horario escolar. Indicó que Márquez agredió e insultó y la directora, que estaba presente, no hizo nada. “No estamos hablando de ideologías. Estamos hablando de cosas graves como violaciones a los derechos de los niños”, afirmó la joven.
¿Pero quien es y de dónde salió este personaje que además de ser amigo de Javier Milei ahora también se convirtió en su biógrafo?
Un hombre que admira a Alfredo Astiz
Nació en 1975 en Ramos Mejía pero se crió en Mar del Plata, donde se recibió de abogado en la Universidad Pública. Poco se sabe de su vida familiar y por ende si su pensamiento político es heredado o adquirido; lo que es cierto es que desde hace más de veinte años milita activamente en función de reivindicar el accionar de la última dictadura argentina.
Trabaja de docente graduado en la Facultad de Ciencias de la Educación en la Universidad privada de la Fraternidad de Agrupaciones Santo Tomás de Aquino de Mar del Plata (FASTA) y tiene una cátedra en la Universidad Nacional de Mar del Plata.
Escribe entre otros medios, para «La Nueva Provincia» de Massot, quien estuvo en primera fila en la presentación de su libro hace dos días.
Como muchos de los influencers de extrema derecha que tienen gran predicamento en redes sociales y canales como Youtube, fue premiado por la «Fundación Global» que integra la red de «Fundación Libertad», ese universo de funciones nacionales e internacionales que van en sintonía en la difusión y financiación de diferentes referentes de extrema derecha, fundamentalmente en América del Sur.
En su currículum oficial, Márquez detalla que realizó cursos de “terrorismo, contraterrorismo y narcotráfico” en la Universidad Nacional de Defensa de los Estados Unidos y se jacta de haber colaborado con el Hispanic American Center for Economic Research (HACER), de Washington. Uno de los miembros de HACER fue el ex agente del Batallón 601 de Inteligencia del Ejército, Julio Cirino, uno de los compañeros de Astiz, Etchecolatz y Von Wernich en el pabellón de lesa humanidad de la cárcel de Marcos Paz.
Ese mismo curso lo hizo el coequiper habitual de presentaciones y libros Agustín Laje, de quien Márquez es mentor, y la actual vicepresidenta Victoria Villarruel quienes, también, son figuras repetidas en las Fundaciones antes mencionadas: Laje, por caso, preside la «Fundación Libre» que depende del conglomerado de Fundación Atlas Network, sin que se sepa quienes más la integran ni se conozca actividad alguna.
Todo queda en familia, de todos modos. Si en HACER tuvo de docente a un compañero de Alfredo Astiz, en Mar del Plata Nicolás Márquez es amigo de la familia y de la ex novia del criminal desde hace por lo menos veinte años, desde que formó parte de «Jóvenes por la Memoria Completa» y empezó a militar en la ciudad balnearia donde residen los Astiz, hasta que se diluyó la agrupación.
«Jovenes por la Memoria Completa» fue una organización liderada por Karina Mujica, la novia de Alfredo Astiz quien junto a Cecilia Pando y Victoria Villarruel recorría canales de televisión, daba conferencias y presentaba libros durante los primeros años del nuevo siglo. Era la niña mimada de los programas como el de Mariano Grondona, y la mujer representaba los viejos valores militares reformulados en una joven bonita e inteligente. La proyección a futuro de los nostálgicos de la dictadura no podía ser mejor hasta que un equipo de periodistas del Canal América la siguió con una cámara oculta.
Karina Mujica no solo no tenía ese apellido, sino que se llamaba Karina Alejandra Marañón, sino que además se hacía llamar «Valentina» en un prostíbulo VIP marplatense llamado «Alto Target». En ese espacio, los clientes – muchos de ellos marinos, y de ese modo había conocido y luego puestose de novia con Alfredo Astiz – pagaban altísimas sumas para acceder a sus favores. Ella prometía: «Bienvenido a la sala de torturas. ¡Te voy a destrozar!» como se ve en el video.
Con Mujica Nicolás Marquez hacía un programa de radio en el que entrevistaban a diversos genocidas. También editaban una revista: «Prensa Independiente», una publicación en la que se explayaban sobre historias de torturadores y llamaban a revivir la dictadura.
Escribió varios libros.
En 2006 editó «La mentira oficial: el setentismo como política de estado». A la presentación invitó a Reynaldo Bignone, a quien sentó en primera fila entre otros represores de menor cuantía.
En 2008 presentó en Tucumán «El Canalla, la verdadera historia del Che». La presentación del libro fue organizada por Fuerza Republicana y la coordinaron Ricardo Argentino Bussi, hijo del asesino dictador. El locutor que presentó a Márquez dijo de él: “es una persona sana que no se deja influir por las verdades de terceros ni mucho menos por intereses partidarios”. Bussi explicó que lo habían invitado porque su padre sufrió prisión por las ideas del Che. “Es muy importante escuchar una verdad distinta, porque nosotros no creemos en la verdad única.”
Con Agustín Laje, en 2013, escribió «Cuando el relato es una farsa. La respuesta a la mentira kirchnerista». Allí, ambos autores retoman los argumentos banalizadores de la dictadura para discutir con el kirchnerismo, movimiento que, según afirmaban, utilizaba el «banderín de los DDHH para imponer feriados arbitrarios, reivindicar al terrorismo subversivo, perseguir militares y por sobre todo, lucrar con negocios infamantes».
En 2016 también con Laje escribió el libro «El libro negro de la nueva izquierda», allí dicen que la propaganda feminista y la homosexualidad son parte de un plan marxista para atentar contra el cristianismo, la familia natural y la moral y buenas costumbres occidentales.
¿Un padre abusador?
Nicolás Marquez es un militante activo contra el aborto. Suele mostrarse con un pañuelo celeste, participó en las marchas contra la ley, escribe y da charlas y entrevistas -algunas con el sacerdote Javier Olivera Ravassi, el hijo del genocida condenado a perpetua por delitos de lesa humanidad – donde explica con sus fundamentos y modos que el aborto es un asesinato que debe ser penado severamente. Eso e ir contra un multiforme colectivo al que llama «feminismo» para agrupar a todo lo que no sea masculino de acuerdo a su vision normativa bipolar, es un todo.
Por eso, resulta contradictorio que en 2004 y con amenazas y golpes pretendiera convencer a su pareja de abortar a la niña que finalmente nació ese año. Esto fue causa de la separación de la pareja y de dos denuncias por violencia familiar que finalizaron en audiencias de mediación. También lo demandó por la tenencia de la niña y por el pago de alimentos.
La denuncia por abuso sexual contra la criatura fue presentada el 8 de septiembre de 2008 en los tribunales marplantenses, ante la por entonces fiscal de familia Daniela Ledesma.
La nena tenía crisis de llanto repentino, miedos, y vómitos y paspaduras en la zona genital al regresar de la casa de su padre, de quien dijo que le pegaba. Ante un cuadro de fiebre alta un pediatra de la Clínica Pueyrredón de Mar del Plata diagnosticó que no obedecía a causas clínicas. Cuando la niña dijo que el padre la lamía, la derivó a una psicologa infantil. La nena le narró que su padre también le había tocado los genitales.
La psicóloga consideró que el relato era confiable y certificó el abuso. Márquez dijo que era “un juego”. En cuanto se interrumpió el contacto, la conducta y la salud de la niña mejoraron.
Cuando supo que ese dictamen sería aportado a una denuncia judicial Márquez presentó otra, por “hostigamiento”, contra su ex mujer. Se presentó como víctima de una “relación de pareja desavenida”.
La fiscal Daniela Ledesma archivó la causa por abuso, considerándola una estrategia de la mujer por los conflictos de pareja, pero el Fiscal General de Mar del Plata Fabián Uriel Fernández Garello, dispuso su reapertura. La ex mujer de Márquez cuestionó que no se hubiese dado intervención a la Asesoría de Menores e Incapaces.
Hasta 2009 Márquez podía ver a la pequeña en lugares públicos, acompañado por una persona de confianza y bajo el control visual de la madre de la niña, pero luego de una de esas visitas prefirió no verla más.
Márquez hizo entonces un video que subió a Youtube y ya no está disponible, que se llama «La mentira del abuso sexual». Fue bajado porque infringía las normas del canal. El portal que entonces dirigía Agustín Laje, «Prensa Republicana», lo compartió.
El 10 de septiembre de 2014 la jueza Rosa Frende y por un acuerdo del Ministerio Público Fiscal Marplantense representado por la fiscal Andrea Gómez y el fiscal general adjunto Marcos Pagella, lo sobreseyeron.
La denunciante apeló la resolución, pero el sobreseimiento fue ratificado por por la Sala 2 de la Cámara de Apelaciones de dicha jurisdicción en diciembre de 2014, con los votos unánimes de los doctores Adrián Angulo, Marcelo Madina y Walter Jorge Dominella.
La querellante recurrió a la Cámara de Casación con asiento en La Plata, la cual el 26 de mayo de 2015, a través de la Sala 1, ratificó las resoluciones judiciales precedentes también de modo unánime.
La decisión, nuevamente apelada, llegó a la Corte Suprema de Justicia de la Provincia de Buenos Aires y el 7 de septiembre de 2016 los doctores Héctor Negri, Eduardo Julio Pettigiani, Daniel Soria, Eduardo Néstor de Lazzari, Hilda Kogan y el secretario Daniel Astornino volvieron a sobreseyerlo.
La causa hoy dormiría en los cajones de la Corte Suprema de Justicia.
La niña de entonces está por cumplir la mayoría de edad. Su madre sigue apelando hasta que alguien la escuche en su reclamo. Nicolás Márquez nunca más habló del tema, y ni siquiera menciona tener una hija, nunca. Está de novio con Patricia Soprano, una abogada ultracatólica y ultraderechista a quien conoció en una marcha contra la ley del aborto, y que se dedica a la «defensa de la niñez». En sus redes Soprano dijo en marzo de 2023: «Proteger a los niños de los degenerados es una obligación moral. Basta de sexualizarlos. Basta de llamar orientación sexual a la conducta de los perversos que quieren abusar de ellos. Cárcel, trabajos forzados y castración a todo aquel que toque a un niño. Los DDHH son para las víctimas, no para los victimarios». No se sabe como interpretará Soprano los dichos de su novio, cuando habría declarado en la causa que tocar a su hija en los genitales, y lamerlos, era «un juego».
Nicolás Márquez es el biógrafo de Javier Milei, pero también es su amigo. Se conocen desde antes de que Milei irrumpa en la política, cuando ambos compartían entrevistas en canales de Youtube. En el último tiempo y en función del libro, Márquez fue invitado a pasar algunos días en la Quinta de Olivos, y él mismo cuenta que el presidente le prestó una malla para poder zambullirse juntos en la pileta, bajo el sol del verano.
Ayer, creyó que la sala estaría llena de gente dispuesta a aplaudirlo. No pudo ser. Había más gente afuera coreando su nombre entre insultos.
Por IVY CÁNGARO
Fuente: Data Clave