Malena Galmarini, ¿corrupción o ineficiencia en Aysa?

El directorio ejecutivo de Aysa S.A, está integrado por Malena Galmarini como presidenta, Martín Reibel Maier como vicepresidente, acompañados por Andrés Watson, Leonardo Nardini y José Luis Lingeri como vocales del directorio.

La Dirección General Administrativa está a cargo de Patricio D´Angelo Campos, la Dirección Operativa a cargo de Alberto Freire y la Dirección General Técnica a cargo de Fernando Calatroni.

Como en muchas empresas donde el Estado posee la mayoría accionaria, hay muchos «caciques» con sueldo millonarios, pero la calidad en la atención al usuario es deficiente, ineficiente y cuando a eso se le suma que se burlan de los reclamos de los usuarios solo se puede definir de una manera, corrupción.

Ejercer la presidencia de una empresa tan relevante por las tareas que debe brindar y el presupuesto millonario que administra, es de una gran responsabilidad y no hay excusas cuando se poseen tantos empleados nombrados para desconocer cuando las cosas funcionan mal, salvo que no sea de su interés el controlar que cada uno hace su trabajo, especialmente las áreas de reclamos y atención al cliente.

Durante meses, más de 400 vecinos de Avellaneda, llevan reclamos frente a la empresa Aysa, por deficiencias serias de parte de la empresa C.P.C S.A, contratada por Aysa, para la ejecución de varias de sus obras, superando en reclamos a Cosugas, lo que no es poco.

Quien escribe, durante meses le ha solicitado a Aysa información sobre los contratos y documentación vinculada a la contratación de C.P.C para la ejecución de la obra identificada como SC70205, grande fue mi sorpresa cuando a la información solicitada la respuesta fue parcial o se informo cuestiones no solicitadas y se omitió lo pedido formalmente, es decir, la empresa incumple deliberadamente el cumplimiento de la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública, más aún, a los reclamos realizados, la empresa en principio le otorgó un número de identificación N° 450695 que tramitaba en el correo atencionalusuario@aysa.com.ar que un día lejos de dar una respuesta por las demoras en informar avances, derivó el reclamo a la mesa de entradas mesadeentrada@aysa.com.ar desde donde primero desconocieron los reclamos realizados, adujeron no tener ningún número asociado a reclamo y que no sabían a qué reclamo obedece el número aportado por la propia empresa, así de insólito y de ridículo es como tratan a los clientes.

Mientras tanto, cientos de vecinos de Avellaneda, viven desde hace meses inmersos en la tierra y la basura, el barro cuando llueve, con afecciones a la salud, como alergias de las que nadie se hace responsable, con una empresa que posee vehículos sin VTV, sin que estén en condiciones legales de circular, realizando daños y conexiones clandestinas a la red de energía eléctrica, sin hacerse cargo de los reclamos de los vecinos que comienzan a tener problemas de tensión en sus domicilios y partiendo de que ese tipo de conexiones son un delito.

Se le solicito a la empresa explicaciones por la baja presión del agua, por el color amarronado que suele presentar el agua de red, lo que provoca residuos en las cañerías e instalaciones domiciliarias, así, C.P.C, realiza una obra por la que cobra millones sin controles, provocando daños en los bienes, problemas de salud de los que nadie se hace cargo, es decir, gastos médicos en atención, tratamientos y medicación, afecciones que afectan a mascotas y plantas,

Se le ha reclamado varias veces a Aysa la presencia de un supervisor para que in situ pueda hacer un acta sobre la situación de los vecinos, pero el señor Mancilla solo se presentó un día, reconoció la legitimidad de los reclamos y hasta de manera cómplice se reía mientras explicaba que la empresa suele hacer picardías para ganar más ahorrando algunos gastos, esto es, ocuparse de la limpieza y realizar un trabajo en tiempo y forma, además de ahorrar contratando camiones viejos, sucios y sin mantenimiento.

Aysa reconoció aunque no explicó los motivos por los cuales no se realizó un estudio de impacto ambiental, que hubiera evitado algunos problemas de salud en algunos usuarios, a la fecha ni Aysa ni C.P.P han respondido por qué demoran más de lo lógico la reparación de los daños en calles y veredas y a cada vecino que reclama le dan una respuesta distinta.

CONCLUSIÓN

Si una empresa es prestadora del Estado, teniendo contratos millonarios, lo mínimo que debe hacer el Estado es controlar que las obras se ejecuten en tiempo y forma, de manera transparente y cuidando al usuario, que es cliente y también ciudadano.

No se trata solo de ostentar en los medios el ejercicio de la presidencia para mostrar obras como un acto político, el mejor acto político es ser eficiente, es dar respuesta al vecino y el aplicar las sanciones que correspondan a la empresa contratada.

Resulta ridículo que bajo la excusa de que se trabaja para vivir mejor, los vecinos pasen meses viviendo en la suciedad más extrema, con sus veredas y calles rotas por meses, con barro y agua estancada cuando llueve y tapados de la tierra que vuela el resto de los días, con menos caudal y presión de agua luego de las obras, situación que nadie soluciona o se hace cargo.

Se ha intimado a la empresa, se ha reclamado ante el ERAS, que conduce el Lic. Walter Mendez, bajo el número de reclamo N°206200

Solo queda recurrir a la justicia por la serie de irregularidades de las que Aysa no se ocupa, irregularidades que tienen un costo millonario al Estado y miles de pesos a cada vecino afectado, en esto solo ganan los directivos de C.P.C, empresa que curiosamente registra denuncias por fraude al Estado por incumplir obras públicas pero aún así, parece que no es un impedimento para ofrecer sus servicios a Aysa.

Lamento que no exista un trabajo eficiente y mucho más la falta de interés, pero son sus empleados señora Galmarini, no los míos.

Por Marcelo Ricardo Hawrylciw

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