La Policía allanó el Hospital Fernández por la causa de Lucas Rebolini Manso

Buscaron indicios que puedan determinar si Lucas Rebolini Manso fue golpeado por efectivos de esa fuerza luego de que escapara de la guardia del establecimiento.

La Policía allanó las instalaciones del Hospital Fernández en búsqueda de videos y documentación sobre la internación de Lucas Rebolini Manso, el hijo de Antonio Grimau y Leonor Manso que falleciera en ese establecimiento de salud el 10 de febrero, aunque su cuerpo recién fue indentificado más de un mes más tarde en la morgue judicial.

En el operativo intervino la división Asuntos Internos de la Federal, que intenta determinar si Lucas fue golpeado por policías luego de abandonar la guardia del hospital, donde fallecería algunos días más tarde, al parecer, víctima de una neuropatía.

El allanamiento se realizó por orden del juez porteño de instrucción Carlos Bruniard, quien también dispuso hoy que el Cuerpo Médico Forense realice una segunda autopsia a los restos del hijo de Grimau. El magistrado adoptó esa decisión, tras aceptar como querellantes a los padres del fallecido, que pretenden certificar si su hijo fue víctima de un homicidio, hipótesis que hasta ahora descartó la primera autopsia.

Mientras tanto, hoy se confirmó que Lucas Rebolini Manso se escapó del Hospital Fernández cuatro días antes de su muerte, tras haber ingresado allí por una intoxicación con estupefacientes.

La subdirectora médica del Hospital Fernández, María Angélica Martín, confirmó hoy que Rebolini Manso ingresó a ese centro asistencial a las 0.45 con un cuadro de intoxicación, y escapó a los 15 minutos. «Exactamente», respondió la médica en una conferencia de prensa, en la cual precisó que el hombre reingresó al hospital una hora y media después, traído por una ambulancia del SAME.

La médica explicó que, «cuando el paciente se fuga, se pide el concurso de la Policía para poder ubicarlo, contenerlo y traerlo».
Martín recordó en este sentido que «en la psicosis tóxica, uno no tiene posibilidades de diálogo, de convencimiento ni de intercambio».

Asimismo, argumentó que un hombre con ese cuadro «tiene una fuerza exacerbada y, para poder detenerlo, prácticamente hay que ‘tacklearlo’ y ponerlo en el horizontal».

«Para poder contener un paciente de estas características, es necesario invertir un monto de energía provisto por los menos de cinco hombres grandes, llevarlo al plano horizontal y, a partir de allí, empezar a medicarlo», precisó.

Rebolini Manso, 36 años, murió el 10 de febrero pasado a causa de una neuropatía en el Hospital Fernández, después de ser detenido, desnudo y desorientado, por la Policía Federal en el barrio de Palermo.

El cuerpo estuvo desde entonces en la morgue del Cuerpo Médico Forense sin ser reconocido 32 días, trámite que se concretó esta semana, cuando sus padres hicieron pública la desaparición de su hijo.

Al ser aceptados como querellantes, los padres podrán ser parte del expediente y así solicitar medidas de pruebas para trabajar sobre las hipótesis o sospechas que tengan sobre la muerte de su hijo.

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