La Justicia

El principal problema de la Argentina es la ausencia de la Justicia. La Justicia tiene que ver con el trabajo, la educación, las relaciones personales y, sobre todo, con el sistema de valores que rige la convivencia.

No puede dar todo lo mismo y -como lo definió Ulpiano – justicia es dar a cada uno lo suyo. Nuestro sistema judicial es antiguo y venal.

Un juez puede condenar a un detenido sin haberlo visto jamás, o puede venderle su libertad. Según un informe del Ministerio de Justicia conocido en 2008, ese año hubo 1.300.000 hechos delictivos, y la cantidad de sentencias condenatorias (prisión efectiva, condicional, multas, etc.) fue de 30.000, esto es un 2,3 por ciento del total. Hay una historia de abulia, burocracia, y marañas legales.

El lenguaje de la calle lo aclara :“Acá nadie va preso”. La Justicia se aplica en el presente pero garantiza el futuro. El mensaje del Estado a la población debe ser claro: hay reglas que no debemos romper, hacerlo trae consecuencias de las que no se puede escapar. Si lo hacemos hay condenas, pero estas llegan tarde o nunca. Podrá bajar alguna vez la inflación, podrá recuperarse el empleo, llegarán inversiones y, ojalá, Argentina comience a ser un país estable. Pero sin Justicia no hay futuro.

El poder judicial y su máxima expresión la Corte Suprema de la Nación- es un organismo altamente politizado que mimetiza sus fallos con la palabra “Justicia” para disimular medidas controvertidas que se acomodan a intereses políticos o económicos vistiéndolas de una supuesta naturalidad.

En definitiva, un poder que obtiene gran parte de su fuerza y legitimidad presentándose disfrazado de un no poder para justificar su ausencia.

Su deterioro deviene de la designación de los magistrados y fiscales que más que idóneos y probos para serlo deben ser impulsados por políticos de distintos sectores perdiendo la indispensable independencia en sus funciones.Un ejemplo de ello fue el intento del Presidente Macri de designar por decreto dos Jueces para integrar la Corte Suprema luego corregido por el Pàrlamento.

La visita del Juez Moro de Brasil nos dejó muchas enseñanzas, la más importante: “Para que una República se sostenga plena deben existir jueces y fiscales capaces e incorruptibles que no juzguen de acuerdo a los vaivenes políticos”.

En Argentina el cambio en la “Justicia” lo debe provocar la sociedad en su conjunto manifestando, reclamando y señalando a jueces y fiscales que no son dignos de ejercer la magistratura. Ese es el camino del cambio, una sociedad comprometida y activa.

Tomas Bres.

Abogado-ex Legislador CABA-Jefe de Asesores del Bloque Cambiemos- Cámara de Diputados de la Nación.

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