Guillermo Fernández Morán el «docente» NO docente del IDAC

En el mundo de la educación, es habitual leer o ver noticias de gente que fue estafada en su buena fe al cursar una profesión o carrera en institutos que terminaron siendo «truchos» donde las materias cursadas y los años aprobados luego no tienen equivalencias con universidades o institutos oficiales.

A pesar de las reiteradas denuncias a la Dirección General de Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires que hoy preside Alberto Sileoni, no hay un control estatal eficiente que garantice la calidad de la educación que se brinda y peor aún, se incumple en lo normado por la Ley 13.388 en el Capítulo I, artículos 1 al 5.

Mucho tiene que ver la política en el hecho de que se en situaciones absurdas como la del caso de Guillermo Fernández Morán, quien se jacta y se presenta como «docente» del IDAC Instituto de Artes Cinematográficas de Avellaneda, dependiente de la municipalidad a cargo de Jorge Ferraresi y bajo la supervisión directa de la Subsecretaría de Educación Artística a cargo de Gonzalo Antonio Vázquez Flores, quien reconoce que el personal del IDAC no son docentes como lo establece la Ley y el Estatuto Docente Ley 10579, Capítulo XII, Art. 1 al 5, pero tienen esa condición por una vieja Ordenanza N° 7433 del año 1994, firmada por el ex intendente Luis Sagol que permitía el ingreso como docentes a cualquiera que acredite solo experiencia en el cargo a ocupar, así de fácil y de irregular, en el caso de un docente de guion, con presentar 5 guiones, sin requisitos específicos y sin revisión alguna, incluso usando trabajos prácticos se daba por válido, un mamarracho jurídico que millones de pesos nos ha costado a los vecinos por sueldos y jubilaciones pagadas a quienes no están y estaban calificados para el cargo.

En el caso de Guillermo Fernández Morán, nadie puede justificar su experiencia laboral y quien escribe solo encontró un antecedente laboral de guionista de historietas con diálogos poco creativos y sin llegar a tener ni de cerca un formato y desarrollo cinematográfico, es decir, le regalaron la cátedra de un supuesto instituto de educación superior a un guionista de historietas, algo poco serio y del que hoy nadie se quiere hacer cargo, ni siquiera la presidenta del TPD (Tribunal de Promoción Docente) Andrea Fabbri que consultada agregó que Fernández Morán ni siquiera tiene el Tramo Pedagógico que avalaría de alguna manera su cargo de titular de cátedra.

Para que se comprenda la gravedad de este fraude en la educación, hay un seudo docente, que se jacta de llevar más de 35 años en el cargo, cobrando un sueldo del Estado, por un cargo para el que no reúne las condiciones legales, ya que se deriva del Art. 14 de la Constitución Nacional y del Art. 103 inciso 12 de la Constitución de la Provincia de Buenos Aires, el acceso al cargo por IDONEIDAD.

La idoneidad no sólo condiciona el derecho al acceso a la función pública, también constituye un requisito previo para el ejercicio regular de otros derechos o la consolidación de garantías vinculadas con la relación de empleo público.

Además de ser irregular estos cargos, resulta desleal para quienes sí han cursado carreras docentes y sí han realizado los tramos pedagógicos o reúnen experiencia e idoneidad, se habla mucho de que la educación nivela, previene los delitos, la violencia y bla bla bla, pero por otro lado se avalan esta clase de docentes a los que además los desbordan las emociones, como cuando en clase Guillermo textual se refiere a la educación secundaria actual como una «mierda» culpando a las autoridades políticas por ejemplo de haber sacado la «caligrafía» asegurando que si él no entiende la letra de los exámenes desaprueban porque no es su culpa que no sepan escribir y otras afirmaciones ridículas que iré desarrollando.

Otra conducta reprochable como «docente» es que uno deba usar el Messenger de Facebook para comunicarse con él y de paso ver sus publicaciones poco éticas donde exterioriza una posición política y degrada a los que considera oposición con publicaciones de dudoso buen gusto en un docente que se supone debe limitarse a su materia y si va a hacer publicaciones las mismas deberían tener un decoro acorde a un docente, le molesta la falta de caligrafía pero no ser desagradable y grosero?, raro.

A la fecha TODOS se tiran la pelota y nadie se quiere hacer cargo de explicar lo inexplicable, porque si bien hay una Ordenanza que avalaba ingresos irregulares, parece que nunca los concejales se ocuparon de hacer correcciones a la Ordenanza en lo que respecta a estar ajustada a derecho, porque resulta ilegal e improcedente que una Ordenanza entre en conflicto con una Ley por algo que se llama jerarquía de normas o pirámide de Kelsen.

Falta transparencia en la oferta «académica», incluso la página del IDAC se presta a confusión al no aclarar que el título obtenido es solo a nivel municipal pero que no tiene ninguna validez, los motivos por la falta de validez las voy a desarrollar en otro artículo, porque Guillermo Fernández Morán no es el único en esa condición «atípica», su amigo del alma y docente de guion Damián Barrera ex alumno de Guillermo ha seguido sus pasos y viene «flojito» de papeles tanto en el IDAC como en sus cargos en el Instituto Vocacional de Arte (IVA) de CABA, donde cualquiera sentiría vergüenza de leer su C.V. y sus trabajos en MilWatts propiedad de un egresado de la FUC, Universidad del Cine de la que suelen burlarse, los que saben terminan siendo empleados de sus egresados, la coherencia te la deben.

La investigación periodística tiene un año de testimonios, pedidos de informes, entrevistas a funcionarios y presencia en el lugar, hay gente muy valiosa con intenciones realmente artísticas, pero hay otros que nunca deberían haber estado al frente de un aula, problemas existieron y se «taparon» pueden buscar reclamos por maltrato de un docente que terminó en nada lo cual es grave porque no se castigó si era culpable ni se exculpó si era inocente.

Son los políticos en definitiva los que deben dar explicaciones de cómo se llegó a esta situación, como vecinos, contribuyente y periodista no acepto la forma en que funciona el IDAC, tampoco se entiende que teniendo un instituto municipal el municipio dentro de la misma Subsecretaría de Educación Artística se dicten cursos de cine con un convenio con la UNDAV, que en realidad no da carrera de cine sino una licenciatura en Audiovisuales, es decir, a alguien ¿le interesa jerarquizar el IDAC?

Por Marcelo Ricardo Hawrylciw

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