Presidir un partido con una historia centenaria no es para cualquiera, aún cuando se trate de una presidencia local como es el caso de Fernando Landaburu en Avellaneda.
Para representar afiliados y un espacio político hay que tener criterio y ser equilibrado, algo que en la UCR local hace mucho no tienen, los ejemplos de representantes de la UCR ridículos abundan, por el HCD de Avellaneda han pasado personajes para el olvido, el Defensor del Pueblo Adjunto de Avellaneda, Rodrigo Galetovich es un buen ejemplo del «personaje» que tiene un discurso y en la práctica sus acciones van por otro camino.
Nadie puede negar que la situación política y de gobernabilidad en muchos países es delicada, razón de más para no intentar hacer puestas en escena ridículas y menos en representación de los afiliados locales a la UCR.
La fracasada convocatoria de Landaburu a repudiar los últimos incidentes en Venezuela, dejan en evidencia que su exigencia al gobierno nacional de tomar una definición política, carecen de seriedad y equilibrio, porque repudiar las denuncias de que no se permitió el ingreso de la oposición a votar, lo que está MAL, es similar a lo ocurrido en Bolivia y que terminó con una elección sospechosa de la presidente actual.
Si como se jactan y se definen los radicales, son los GUARDIANES DE LA DEMOCRACIA, algo que la historia los desmiente, se debería haber repudiado los sucesos de Bolivia, cosa que no se hizo y peor aún Gerardo Morales está denunciado de haber colaborado con los que se revelaron contra Evo Morales.
Hay mucho por hacer y trabajar por los vecinos de Avellaneda, Fernando Landaburu parece que solo actúa cuando le bajan línea o en reclamos poco comprometidos y que en nada benefician al conjunto de los vecinos, es hora de dejarse de vivir en la pavada y ser responsable, porque usted representa a sus votantes y mala imagen está dejando de ellos y de su capacidad para votar con inteligencia.
Por Marcelo Ricardo Hawrylciw