Chile: se agravan los saqueos y el hambre, envían más militares a las calles

Pese a la militarización de las calles, la violencia crece. Se extiende el toque de queda en Concepción, la segunda ciudad más grande del país, mientras los militares redoblaban sus esfuerzos por controlar la ola de robos y crímenes, tras el devastador terremoto del sábado.

Los saqueos, esporádicos en un principio, se incrementaban y se hacían más violentos a medida que pasaban las horas después del fuerte sismo que devastó Chile el sábado pasado, mientras aumentaba la angustia por la falta de alimentos y el abandono que se vive en varias poblaciones.

Chile espera este martes a la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, que -dentro de su gira latinoamericana- trae ayuda solicitada por el gobierno de Santiago, en particular 20 teléfonos satelitales. En tanto, esta noche la primera de las seis aeronaves que enviará el gobierno argentino (un Hércules C-130) partió rumbo al país vecino con materiales para la instalación de un hospital de campaña en la ciudad de Curicó, ubicada a 250 kilómetros al sur de Santiago de Chile.

Entre los materiales transportados por el avión se incluyeron tres plantas potabilizadoras de agua y cuatro grupos electrógenos. Los próximos vuelos desde la Argentina hacia Santiago se concretarán este martes según se informó oficialmente.

El gobierno chileno da como cifra oficial 723 muertos, pero reconoce que el balance podría ser peor.

En Concepción, 500 km al sur de la capital y epicentro de la tragedia, la situación era crítica: no se había implementado un canal de distribución de alimentos y, a pesar de la militarización de las calles, los saqueos continuaban, agravados el lunes por dos incendios provocados que afectaron un supermercado y una tienda de departamentos.

La violencia se replicaba en otros lugares: en la población costera de Dichato, habitantes denunciaron que personas de otras localidades llegaron a saquear. Por este motivo, el toque de queda que se había implementado en Concepción al anochecer el domingo se volvió a implementar esta noche allí y en otras tres poblaciones: Talca, Cauquenes y Constitución.

En Talca, el lunes los habitantes desesperados gritaban frente a los supermercados: «Queremos comida, queremos comida».

La situación llevó a la presidenta Michelle Bachelet a ordenar para este martes el envío de 5.000 militares más a los casi 2.000 que ya desplegó para reforzar la seguridad en el marco de un estado de excepción decretado el domingo.

La alcaldesa de Concepción, Jacqueline Van Rysselberghe, ha sido muy crítica por la demora en la ayuda enviada por el gobierno nacional tanto para rescatar víctimas como para llevar provisiones. «24 horas para una persona que está bajo los escombros es muy importante», dijo. «No creo que sea mala voluntad. Yo creo que la gente de Santiago no dimensiona ni remotamente el problema que tenemos acá», agregó.

Es tal la magnitud de la tragedia que el presidente electo Sebastián Piñera, que recorrió la zona más afectada, reconoció en la madrugada del lunes que «la situación es peor de lo que se esperaba».

Piñera, que debe tomar posesión el 11 de marzo, relató que las carencias en la ayuda eran tales que vio enfermos «bajo la bóveda celeste» y que había entrado en un edificio derrumbado donde escuchaba gritos de personas sobrevivientes, y al que todavía no habían accedido los cuerpos de rescate.

En la costa varias poblaciones devastadas por el tsunami que siguió al terremoto seguían esperando la ayuda y claman por el estado de abandono en que se encuentran. «Esta parte estaba llena de casas. Había más de cien», dijo a la agencia AFP una pobladora, mostrando un lugar totalmente arrasado y convertido en un desierto de arena frente al mar en el balneario de Pelluhue.

Mientras tanto en Constitución, otro balneario, lo que no se cayó por el sismo luego lo destruyó el tsunami. Para completar, el mayor hospital de la ciudad está con serios daños aunque allí se sigue atendiendo a los heridos ante falta de otras opciones.

Fuente: AFP

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