El tema causó revuelo en Resistencia. El gremialista fue rescatado por la policía, cerca de la residencia de Capitanich. Estaba envuelto en una sábana.
Un gremialista estatal del Chaco vivió momentos de desesperación y angustia, y no precisamente por un plan de lucha en pos de mejores salarios. El hombre se encontraba el jueves pasado por la noche intimando con una compañera de trabajo en la casa de ésta cuando ambos fueron sorprendidos desnudos por el marido de la mujer, quien de inmediato se dio cuenta de que el encuentro era cualquier cosa menos una asamblea a domicilio.
El dirigente no tuvo dudas de que no había espacio para explicaciones y, sin posibilidad de siquiera volver a vestirse, escapó a toda velocidad hacia el patio de la casa, situada a pocos metros de la residencia del gobernador Jorge Capitanich, en pleno centro de Resistencia.
Como única previsión, el sindicalista tomó una sábana, se la colocó como si fuera una toga y comenzó a saltar muros y techos. Detrás de él iban las amenazas que el esposo engañado le dirigía a los gritos. El batifondo puso en alerta a los vecinos y a la custodia de la residencia gubernamental, por lo que en un par de minutos llegaron al lugar al menos tres patrulleros.
El protagonista de la historia, para entonces, se había lastimado casi todo el cuerpo con su accidentado escape. Varias lesiones fueron provocadas por los sistemas de seguridad instalados en las viviendas, como alambrados con púas y vidrios cortantes contra ladrones.
Los policías dieron con el sujeto, que exhausto y con algunos cortes se entregó sin ofrecer ninguna resistencia, a sabiendas que al menos así quedaba a salvo de su perseguidor. Los uniformados, al escuchar la historia, alejaron a los curiosos y pusieron a resguardo al conquistador.
La historia es el tema del día en el Chaco. El nombre del gremialista no fue develado, aunque varios indicios acotan de quién se trata: un dirigente del sector público que lleva varios meses motorizando paros por sueldos más altos.