Luego de la movilización de la CGT Regional y otras entidades sindicales al municipio de Lanús para reclamar mejoras salariales para los empleados municipales que vienen relegados por la gestión del intendente Néstor Grindetti, el efecto de esa marcha de unión sindical en defensa de los trabajadores prendió las alarmas en los municipales de Avellaneda.
Y es que justamente el partido de Avellaneda tiene dos sindicatos fuertes que se dividen la mayoría de los trabajadores municipales, el STMA que conduce Hernán Doval y el SUMA de Daniel Aversa ligado al oficialismo local apoyando la candidatura de Magdalena Sierra.
La realidad es que ni uno ni otro, han conseguido importantes mejoras para los municipales de Avellaneda, Doval ex socio político de Jorge Ferraresi mantiene una posición dura con la gestión de Alejo Chornobroff que no decide nada y Aversa a pesar de haber conseguido recursos para su sindicato, poco y nada hizo por los trabajadores municipales, sí ha sido hábil para esconderse bajo el ala de la FSTMPBA, hoy representada por el secretario adjunto de la misma Humberto Nito Bertinat, quien tiene un discurso para la hinchada general y otro muy distinto puertas adentro cuando se trata por ejemplo del municipio de Avellaneda.
Los trabajadores indignados que se han comunicado con nuestro medio, prometen enviar material que prueba los beneficios económicos de los sindicalistas involucrados mientras que los trabajadores tienen serios problemas económicos para llegar a fin de mes, denuncian que ambos sindicatos despilfarran los recursos que reciben de los afiliados y que no tienen prestaciones adecuadas en salud, créditos o turismo, mientras se ve a los dirigentes sindicales disfrutando de viajes y hoteles de niveles muy diferentes a los que tienen para los afiliados.
Tampoco son muy transparentes los números al momento de hacer cuentas de lo que destinan a campañas políticas de las que participan los gremios.
Los municipales están cansados de los oportunistas que se hacen millonarios con su trabajo, ya no creen en Doval, Aversa, Bertinat o el Cholo García, esto recién comienza.
Por Marcelo Ricardo Hawrylciw
