Arturo Alejandro Daroqui, el perro «facho» del Momo Venegas

Entre los riesgos que tiene interactuar por los redes sociales, está el de a veces aceptar pedidos de amistad por afinidad en cuanto al ejercicio de la profesión, si alguien que dice ser periodista te pide amistad, uno suele aceptarlo para compartir información independientemente de la ideología de cada uno, pero en ese universo existen personajes que solo pueden existir más allá de su entorno gracias a Internet.

Esos personajes ignotos de los que sus conocidos se burlaban en los barrios, ahora con la posibilidad de acceder a Internet con bajos costos sacan a relucir toda su vocación vedetonga y no les importa hacer el ridículo con sus dichos o su forma de vestir, mucho menos cuando tienen como objetivo «vivir con trabajos donde no tengan que poner el cuerpo», se disfrazan de periodistas para apoyar a políticos que buscan mano de obra barata en estos supuestos medios y ya que están de oferta de yapa los incluyen en listas sábanas en posiciones que nunca serán elegidos, pero para estos serviles ver su nombre en una lista los hace sentir importantes.

Arturo Alejandro Daroqui es uno de esos personajes impresentables, de pensamientos fachos, con una presencia de esas personas que usan ropa donada o heredada porque todo le queda grande, desprolijo en lo que antes era una cabellera, no tiene problemas en tomarse fotos con corruptos personajes de nuestro sindicalismo y política como lo es el Momo Venegas a quien Daroqui le da mala prensa por eso de «estoy perdiendo imagen a tu lado», ya que si Venegas intenta despegarse de las acusaciones de haberse enriquecido con el trabajo de los peones, trabajo muchas veces esclavo según inspecciones que se han realizado, tomarse fotos con un reconocido simpatizante del nazismo no parece ser la mejor propaganda.

Son tan poco serios los personajes como Daroqui, que reclaman un Estado más represor, sin planes para los «negritos», mientras reclaman que se mantengan los subsidios para la educación privada y ellos como en el caso de Arturo Alejandro Daroqui, CUIL 20-14.188.380-2, se encuentra registrado como MONOTRIBUTISTA Categoría B, o el muchacho de aires de rico es un mitómano o es un evasor, esa es la lógica entre el discurso y las acciones de gente de esta calaña.

Una nota que lo describe muy bien entre tantas, hace referencia a una convocatoria de Arturito y el resultado de la misma, también en esa nota hace referencia a las propuestas del ex candidato en el puesto 23 a diputado provincial por la provincia de Entre Ríos.

También se lo puede ver integrando en el puesto 5º de candidatos a diputados para la Capital Federal en el 2013 por el Partido Federal, un oportunista que busca como ya lo mencioné vivir de un puesto público y no importa si es por Entre Ríos, La Capital Federal o San Isidro, busca un lugar donde jugar y probar si la suerte lo toca, al parecer la suerte no tiene tan mal gusto.

En algunos de los actos se lo puede ver al lado del productor agropecuario Alfredo Luis De Angeli, quien llegó al puesto de senador pero se hizo famoso por su enfrentamiento a las políticas del kirchnerismo y una lamentable frase «los chicos tienen que trabajar en las cosechas y después ir a la escuela» incluso el impresentable senador presentó un proyecto para legalizar el trabajo de menores en el campo ya representando al PRO, en la misma sesión donde se debatió su propuesta avaló el trabajo en negro con otro comentario «los muchachos no quieren que se los blanquee porque no quieren perder los planes sociales que perciben por parte del Estado». En fotos de estos actos que el propio Daroqui subió a su Facebook se puede ver a mujeres jóvenes pnafleteando, habría que averiguar bajo qué modalidad estas chicas fueron contratadas porque esa actividad está considerada trabajo y regulada por Ley.

No hace mención alguna Daroqui sobre cómo se hace millonario un gremialista, no hace mención sobre el trabajo esclavo en el campo, sobre la explotación de menores, revindica el nacionalismo y sinceramente habría que regalarle un espejo y un peine, estos impresentables son los que pulular en las redes defendiendo «ese pedazito» de bienestar que no quieren perder, porque de lo contrario tendrían que salir a trabajar de verdad.

Por Marcelo Ricardo Hawrylciw

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