Por Ari Paluch siempre he guardado un aprecio por su carrera periodística y su forma de ejercer la profesión, hasta hace un par de años era un hombre medido en sus comentarios y su opinión siempre respetuosa de los involucrados en notas polémicas, a la par se volvió escritor de libros que podríamos definir de autoayuda.
Pero en el día de ayer cuando se especulaba sobre la aparición del cuerpo sin vida de Santiago Maldonado, comenzó a desplegar una serie de teorías que además de absurdas, parecían direccionadas a instalar la idea colectiva de que Maldonado podía haberse ahogado solo al querer huir de la represión de la Gendarmería Nacional.
Por los dichos de Ari Paluch, en los que incluyó chistes de muy mal gusto para un tema tan delicado que no solo divide a la sociedad entre los que culpan al Gobierno Nacional y los que acusan a los Mapuches, inlcuso podía y tiene la capacidad de tomar posición sin la necesidad torpe y desagradable de descalificar a Santiago al que por sus dichos lo describe como un bohemio y que por esa condición podía haberse metido al río aunque no supiera nadar, argumento inválido por el hecho de que nadie a sabiendas se arrojaría a un río sin saber nadar por temor a ser golpeado o detenido.
Si esta teoría tiene algún sustento no deja bien parado a los gendarmes por el hecho de que solo ante el horror un ser humano haría semejante acto, como los que ante un incendio en el que no pueden salir se arrojan al vacío.
Pero su intervención se plagó de observaciones innecesarias y de comparaciones que nada tienen que ver con un caso donde se investiga la muerte de una persona, peor aún si el manejaba la certeza de que se trataba de Santiago en un 99% según sus propias palabras.
No descubro nada diciendo que no es el único periodista que pauta mediante acomodan su discurso y nada mejor que reconocidos personajes del medio para influenciar en quienes ingenuamente creen que estos dan otras versiones por ejercer un periodismo independiente.
Lamento mucho esta editorial, porque siempre tuve un concepto bueno de Paluch aún con las lógicas diferencias que existen entre las posiciones de dos personas, pero en esta oportunidad derrapó y de una manera que es imposible quedarse con un comentario en las redes, es necesario que quedé una constancia de que hay quienes son capaces de tirar por la borda trayectoria y credibilidad por un discurso guionado, porque a varios periodístas se les veían los hilos y curiosamente tenían la misma teoría disparatada que algunos funcionarios y políticos oficialistas agitaban.
Esto no solo alienta a la división social, atenta contra la búsqueda de la verdad, como dice el Indio Solari «violencia es mentir».