Adolescentes en peligro, sexo, drogas y muerte

   Como nunca antes los adolescentes viven en un riesgo latente, en una sociedad cada días màs degradada en valores y responsabilidades, la muerte de cada adolescente debería representar un fracaso de la sociedad que lo rodea, un fracaso de la familia y una alerta para los que integran los tres poderes de una Nación.

Los medios de prensa tienen una gran responsabilidad en cuanto con las noticias que van detrás del morbo y el dinero de quienes tienen interés en cubrir sus desviaciones no han a la fecha hecho un análisis de los adolescentes y los riesgos a los que hoy se enfrentan, por el contrario todo es vanal, irrelevante y hasta fomentan debates sobre que vida merece ser llorada y que muertes deben aplaudirse.

El cuidado de los adolescentes es una guerra que se pierde batalla tras batalla desde hace años y aunque hay quienes apuestan a la protección de los menores y sus derechos, la realidad diaria los pasa por arriba. Marginar, criminalizar a niños es condenarlos a una adolescencia que los expone a abusos y al delito.

El consumismo impulsado por la publicidad y los medios han hecho creer a muchos padres que la felicidad de sus hijos se fomenta en el poseer, sea un juguete importado y caro, prendas de marcas que alguien dijo son las correctas, concurrior a colegios privados, medicina prepaga y comodidades, en el cumplimiento de esos preceptos comerciales sus hijos también están expuestos porque se descartan cuestiones básicas, como ser una comunicación sincera y habitual con sus hijos, confianza y demostrar interés.

La tecnología ha abierto nuevos canales de riesgo, las redes sociales plagadas de pedófilos y pervertidos imposibles de erradicar, pero que con controles sanos de padres preocupados se pueden reducir sensiblemente, el tema es la velocidad con que se vive y las prioridades que algunos padres dan a sus problemas u ocupaciones, no todo se puede relegar o suplantar con otros que hagan este trabajo.

Como nunca las estadísticas nos muestran un crecimiento de menores vinculados al delito, muchos de estos, casi el 90% con adicciones y en esto no es relevante la condición social, la adicción es la misma se haga en un boliche de moda o fumando un porro en una esquina del conurbano.

Y es en la clase media y baja donde más expuestos están los menores y los adolescentes, porque no todos los padres pueden asumir el trabajar y compartir tiempo como padres, porque no todos pueden pagar espacios culturales para sus hijos, un club o alguien que los cuide cuando trabajan y es en esos ausencias donde la necesidad lleva a muchos adolescentes a buscar una pertenencia aún poniéndose en riesgo, durante muchos años se pensó que las niñas eran las más vulnerables y que había que cuidarlas mientras el varón se formaba más independiente.

La sociedad cambió y hoy todos los niños y adolescentes están en riesgo, desde el caso del psicólogo Jorge Corsi, que reveló hasta que punto el lobo puede estar entre las ovejas, un especialista en violencia doméstica considerado una eminencia corrió el velo sobre el cuidado que se debe tener con los hijos. También este caso fue el emblema de la impunidad y debería haber sido un caso testigo de como en la Argentina la corrupción y el encubrimiento se cobran vidas con impunidad.

En el tiempo y antes el escándalo del ex juex federal Oyarbide nos mostraba la relación poder, drogas, delito y promiscuidad, con un personaja nefasto para la justicia argentina, pero especialmente para la sociedad, un monstruo que ahora vuelve a ser mencionado en el escándalo del Club Independiente, con una red de prostitución de menores, curiosamente la justicia de Avellaneda que investiga este hecho parece no estar enterada de las revelaciones que se hacen en los medios y de los nombres de los involucrados, una causa muy seria es tomada por la fiscal Garibaldi y el juez Carzoglio como un evento para dar conferencias de prensa, la fiscal mostrando una pobre oratoria para expresarse, tiempo que debería dedicarle a la causa y el juez aprovechando la ocasión para ver si mejora su situación ya que no ha parado de sumar denuncias en su contra, este último con un resultado negativo ya que en las redes sociales los vecinos de Avellaneda lo han repudiado y otros directamente lo han acusado de encubrir causas donde se debían investigar delitos en el seno del club.

No queda claro tampoco por qué en los delitos que involucran a menores no se extraen testimonios y se da intervención a los juzgados de familia locales para tutelar los derechos de los menores, cosas que nadie sabe o quiere explicar.

Todos los políticos gustan de las fotos con niños y adolescentes, hacen promesas muy lindas y se gastan millones en programas, direcciones de menores y funcionarios, pero en lo importante nunca están.

Hay una enorme hipocresía social en el tratamiento de los adolescentes, por un lado los padres liberales que creen que en la calle sus hijos se van a curtir y los dejan expuestos a todos los peligros, esos mismos que se creen muy modernos por permitirles el alcohol y la droga, especialmente los que creen que el porro es algo que tienen que experimentar y que no es tan malo. Yo les preguntaría si ellos saben cómo luego consiguen la droga, porque las opciones no son muchas y tampoco son dignas.

Por el lado de la justicia existe un NO HACER que es casi una regla, si detienen a un adolescente con marihuana y no hablo de un porro sino de hecho con más de 50 gramos, en un joven que declara no estudiar o trabajar, se le da la libertad y se le entrega a un mayor, así hay adolescentes que entran y salen por años de las comisarías sin que a nadie le importe investigar quien los provee de la droga, esa acción la considero tan criminal como el que le vende la droga.

En estos últimos años también abudan los casos de menores asesinadas de forma violenta, con violaciones grupales, brutales en las que no faltó la droga, es evidente que los asesinos no tienen excusa, pero no puedo dejar de expresar mi preocupación e indignación por padres que sabían que su «nena» con 12, 13 o 16 años pasaba noches afuera, que salía con hombres mayores de 29, 30 o incluso ya mayores a los 40 años y aún así no hicieron nada.

Piden justicia padres de adolescentes asesinados en robos o peleas de bandas, saben que se rodeaban de delincuentes o incluso algunos reconocen que sus hijos también eran delincuentes, pero prefirieron quedarse en sus casas o bien hacer la suya.

No hay dudas de que es un problema complejo y que comienza en etapas tempranas, donde docentes cansados de citar a padres que en lugar de escuchar se ofenden, cuando no los agreden, pareceería que olvidan que los hijos obervan, repiten y terminan naturalizando conductas, que van desde lo más inocuo hasta lo más grave. Si los hijos naturalizan que todo es lo mismo, si ven que en las puertas de las escuelas lo habitual es llegar corriendo, estacionar en cualquier lado, discutir cuando no se tiene la razón, descalificar al docente y no corregir inconductas, no se puede esperar un buen resultado.

Si muchos padres han perdido la vergüenza frente a sus hijos y creen que pueden hacer lo que quieren porque son grandes, si utilizan las redes sociales como si ellos fueran adolescentes, con lenguaje e imagenes vulgares, están dando un pésimo ejemplo.

Alguien dijo que los únicos que tienen derecho a ser adolescentes son justamente los adolescentes porque justamente adolecen, hay que ser ubicados y honrar el ser padres.

Los niños y los adolescentes están en riesgo, no se puede escupir al cielo como algunos imbéciles lo hacen pidiendo que les metan bala a los «negros cabeza», porque no existe un país donde esto haya funcionado, pero claro, opinar es sencillo, ahora fundar una idea los complica.

Como ya dije cada adolescente muerto, violado o excluído nos debería doler como sociedad y si de volcar la bronca se trata hay que enfocarla a los responsables, a los políticos que solo buscan la avaricia y el dinero para su patrimonio, los funcionarios judiciales de quienes uno espera sean los tutores de los derechos de los niños, adolescentes y de la sociedad, estos que dejan mucho que desear con los adolescentes, de los medios corruptos que desinforman, que solo es noticia un adolescente cuando es víctima y desde el morbo, como en el caso Nahir Galarza donde la victimaria tiene más prensa que la víctima, incluso con un representante que envía a los medios publicaciones elaboradas para desacreditar al muerto, Zonzini es un sorete como persona, pero los medios se hacen eco de su mierda.

Yo me pregunto ¿qué hacen los ONG? esas que incluso tienen famosos como padrinos, porque parecería que solo importa recaudar, darles un plato de comida, ropa y algún regalo, pero de qué sirve todo eso si los dejan expuestos a un mundo donde son codiciados por degenerados e ignorados por los que supuestamente son buena gente.

Hay que terminar de no hacerse cargo de los hijos, de los niños y los adolescentes, porque el problema es la sociedad que los mayores les ofrecemos y les dejamos.

 

Por Marcelo Ricardo Hawrylciw

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