Hoy, debería ser un día en el que con un llamado uno simplemente diría feliz cumpleaños, y seguramente olvidaría decir gracias, porque a pesar de las diferencias que uno tiene cuando crece, con el tiempo también esas diferencias se caen, y sin que exista otra cosa más fuerte que el lazo familiar, el amor de sus integrantes, uno se siente más unido, se comparten charlas, las opiniones son mejor escuchadas y siempre hay algo pendiente para charlar.
Lamentablemente nunca sabemos cuando quedaran esas charlas y cuanto nos queda por contar, la vida tiene estos momentos donde es inevitable sentir que la ausencia nos duele, por más que hayamos podido disfrutar de esos momentos únicos entre padre he hijo.
Feliz cumpleaños, papá, hoy más que recordarte te evoco, porque vives en mí y en el corazón de todos los que somos tu familia. No hay un adiós, sino un hasta luego, gracias por todo, porque en tus silencios descubrí las palabras que no sonarían del mismo modo en mis oídos, que en mi corazón. Que la luz siempre ilumine nuestras almas.