No es una novedad que la adicción a las drogas potencia el delito, por eso resulta importante destacar un dato que muchos vecinos ignoran a la hora de reclamar más seguridad y entonces el reclamo cae en saco roto, la prevención y el combate a la droga pasa por una división policial específica y que tiene una estadística negativa en los partidos donde tiene jurisdicción y es Drogas Ilícitas Lanús-Avellaneda, dependencia que depende del Ministerio de Seguridad Bonaerense.

A nivel local, las comisarías dependen de la Jefatura Distrital Avellaneda, a cargo del Comisario Inspector Sergio Argañaráz a quien se le dio el manejo del Comando de Patrullas Avellaneda para mejorar la respuesta de la policía y la prevención, pero viene errando las medidas y los vecinos inundan las redes con quejas por operativos ridículos y hechos delictivos menores pero que se repiten sin que la policía brinde una respuesta efectiva.

Un hecho relevante que los vecinos no deben olvidar al momento de votar es el desinterés de los concejales por el tema inseguridad, los oficialistas muy cómodos y la oposición solo tomándose fotos con Ritondo, como si eso fuera por sí solo una medida que mejore la seguridad.

Desde hace unos meses el partido de Avellaneda viene siendo noticia en los medios nacionales, algunos casos manipulados por la mano política de la oposición local y en otros, casos genuinos de inseguridad que se repiten.

A favor de las autoridades, por ahora Avellaneda no tiene la cantidad de muertos en hechos policiales que posee Quilmes o Lanús, pero eso es solo una cuestión de suerte y causalidad.

El intendente Jorge Ferraresi a esta altura de los hechos, tiene responsabilidades desde el momento que no se ocupa del funcionamiento de la secretaría de seguridad municipal, el mal funcionamiento de las cámaras de seguridad del Centro de Monitoreo, algunas porque no funcionan, otras porque apuntan a cualquier lado y otras por no ser controladas por los operadores.

Por el lado de Vidal la cosa es más grave, la policía de la provincia y las locales dependen de ella por intermedio de Ritondo y la gestión a pesar de la publicidad es deficiente, una cosa es lo que ellos dicen en los medios y otra la realidad que todos los días viven los ciudadanos.

El Polo Judicial de Avellaneda representa lo peor de la justicia, salvo contadas excepciones con los dedos de una mano, el resto no pasarían una evaluación seria para el cargo, por conocimientos y desempeño, pero especialmente los Agentes Fiscales son los grandes protagonistas y los grandes responsables de «la puerta giratoria» con delincuentes que son aprehendidos y recuperan la libertad en pocas horas, para volver a delinquir, otro lugar de poder que nadie controla y donde cuando menos trabajo mejor parece ser la norma que sí hacen cumplir.

Por Marcelo Ricardo Hawrylciw