Un hombre fue condenado a seis años de prisión en Capital Federal, luego de obligar con un arma de utilería a una trabajadora sexual a tener relaciones. Si bien el encuentro había sido pactado, se determinó que «mediante violencia, penetró vaginal y bucalmente a la víctima».
La Cámara Federal de Casación Penal confirmó la condena a seis años de prisión a un hombre que abusó de una mujer a punta de revolver, pese a que la víctima concurrió al domicilio del imputado para ofrecerle «servicios sexuales» que habían pactado telefónicamente, indicaron esta mañana fuentes judiciales.
La Sala Segunda de la máxima instancia del fuero penal del país rechazó un recurso de Casación contra la sentencia del Tribunal Oral en lo Criminal 17 (TOC17) que el 12 de mayo de 2014 condenó a Juan Carlos Alarcón por el delito de «abuso sexual con acceso carnal».
Los camaristas Angela Ledesma, Pedro David y Alejandro Slokar coincidieron en que «debe descartarse la alegación del artículo tercero» (beneficio de la duda) ya que «a partir de los elementos producidos en el juicio, el tribunal alcanzó el grado de certeza requerido para la sentencia».
«Está debidamente fundada la condena pues si bien el imputado acordó telefónicamente un encuentro sexual en su lugar de residencia al que concurrió la víctima, quien ofrecía servicios sexuales, el conjunto de elementos probatorios da por acreditado durante el debate que el imputado, mediante violencia, penetró vaginal y bucalmente a la víctima, actuando con voluntad y conocimiento de lo que hacía» dijeron los jueces.
Según constancias del expediente Alarcón «obligó a la mujer a practicar sin protección alguna» a lo que la víctima se negaba pero el condenado la obligó con un arma, que luego se comprobó era de utilería.
Los hechos ocurrieron alrededor de las 21 del 31 de agosto de 2012 cuando Alarcón se comunicó telefónicamente con la víctima quien ofrecía servicios sexuales «a cambio de tarifa» agobiada «por las necesidades económicas que la aquejan» y convinieron que la mujer lo visitaría en la vivienda de Formosa 171, de esta Ciudad.
Luego de una primera relación el encuentro se complicó cuando la mujer se negó a las nuevas exigencias sexuales que pretendía el imputado, quien reaccionó con violencia, tomándola con fuerza del cuello y exhibiéndole la réplica del arma, hasta que en un momento de descuido la víctima envió un mensaje de texto desde su celular a «Tatiana».
La llegada de la conocida de la damnificada «enfureció» aun más al condenado quien, «tras una breve discusión con la amiga», tomó a la víctima de los cabellos, la llevó hasta la puerta y «la expulsó hacia la vía pública sin haberle pagado hasta ese momento la tarifa pactada».
La mujer violada concurrió al Hospital Durand donde se le practicaron los reconocimientos médicos que permitieron tener por acreditados sus dichos lo que originó la correspondiente denuncia policial que posibilitó que se instruyera la causa.
