Afirman que se trata del mayor golpe al narcotráfico en esa provincia. La cantidad decomisada está valuada en 45 millones de dólares. Hay dos detenidos.
Mil ochocientos kilos de cocaína secuestrados y dos personas detenidas fue el saldo de un operativo realizado por Gendarmería nacional, en el norte de Santiago del Estero, informaron fuentes policiales.
Los trabajos de inteligencia previa, supervisados por el juez federal provincial, Guillermo Molinari, permitieron saber que una aeronave ingresaría ilegalmente al espacio aéreo argentino para dejar la mercancía cerca de la localidad de Los Pirpintos, a casi 400 kilómetros al noreste de esta capital.
Los efectivos del Centro de Reconocimiento y Control del Narcotráfico, junto con gendarmes del Escuadrón 59, estaban apostados en la zona donde se arrojaron numerosos bultos a tierra desde la aeronave, que continuó su vuelo hacia el oeste.
Un helicóptero de la fuerza de seguridad nacional voló tras la avioneta hasta que sus tripulantes dejaron de visualizarla, dado que al parecer realizó un aterrizaje de emergencia en jurisdicción de la ciudad de Monte Quemado, por lo que se realizaron rastrillajes aéreos y terrestres.
En forma paralela, los gendarmes cercaron el lugar donde habían sido arrojado los estupefacientes, en el que debían recogerlo personas que estaban apostadas en tierra y que forman parte de otro eslabón de la cadena del tráfico de drogas.
De ese modo, se interceptó a una camioneta con dos ocupantes, uno oriundo de Salta y otro de Chaco, quienes fueron aprehendidos y puestos a disposición del juez Molinari, añadieron los informantes.
En el lugar, estaba montado un campamento en el que los gendarmes hallaron 44 bultos con clorhidrato de cocaína, que pesaban 1.500 kilogramos, mientras que los 300 kilos restantes fueron los que arrojaron desde la aeronave que sobrevoló el campo donde se concretó el procedimiento antidroga.
Las fuentes precisaron que este secuestro, bautizado como Café Blanco, «constituye el más voluminoso en la historia de Santiago del Estero», ya que el segundo en importancia se produjo en 1995, en una zona de salinas cercana a la ciudad de Frías, donde se halló una avioneta abandonada que transportaba una tonelada de cocaína. La modalidad de «bombardeo» de bultos llenos de cocaína y marihuana desde avionetas es una de la más frecuente para ingresar los estupefacientes a suelo argentino desde Bolivia o Paraguay.
Las fuentes recordaron que una vez que son recogidos por los contactos locales en el campo los trasladan hasta lugares cercanos para ocultar o «enfriar» el cargamento clandestino en sectores montuosos, lejos de las miradas curiosas de habitantes y ocasionales transeúntes.
Luego se acondiciona la droga en los vehículos que la transportarán hasta los centros urbanos para su consumo o a los puertos santafesinos y del norte bonaerense para llevarla al exterior en buques.