María Tellez Fajardo fue hallada culpable del delito de «abuso sexual gravemente ultrajante agravado» con cinco menores de edad que vivían con ella en el Hogar de las Hermanas Trinitarias de Boulogne.
Una monja fue condenada a diez años de prisión bajo el delito de «abuso sexual gravemente ultrajante agravado» contra cinco adolescentes. Los jóvenes vivían con ella en el Hogar de las Hermanas Trinitarias de Boulogne, en el partido de San Isidro.
La mujer llamada María Tellez Fajardo (Sor Marina), de origen colombiano, estaba bajo prisión preventiva y fue encontrada culpable por ser «autora penalmente responsable del delito de abuso sexual gravemente ultrajante agravado por tratarse de una persona encargada de la guarda y contra menores de 18 años y aprovechando la situación de convivencia preexistente, su relación de autoridad y que las víctimas no haya podido consentir libremente el accionar», como describe el fallo.
La sentencia estuvo a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal 1 de San Isidro, integrado por los jueces Sebastián Urquijo, Alberto Ortolani y Gonzalo Aquino. La investigación arrojó que los abusos ocurrieron entre 2017 y 2021 y las víctimas fueron adolescentes de entre 12 y 17 años.
La querella había solicitado en noviembre una pena de prisión de 15 años para la monja, mientras que la fiscalía pedía 10. El juez Aquino consideró en la sentencia que «lo que ha quedado probado aquí es que la imputada no protagonizó un acto aislado, fugaz, discontinuo o sorpresivo en perjuicio de sus víctimas«.
El magistrado indicó que «es evidente que María Tellez Farjado actuó desde una posición de aprovechamiento de convivencia preexistente con las menores desde que eran nada menos que niñas institucionalizadas en un Hogar de la Congregación de la cual la misma era parte, y que los abusos se consumaban en la propia casa – Hogar donde la imputada junto» a las víctimas «compartían la vida en común».
Según la abogada de una de las víctimas, una adolescente le contó lo ocurrido a la directora del hogar, Sor Silvia Challu, y esta «le respondió que iban a esperar una señal divina que le indiquen que era lo que tenían que hacer, una señal de Dios».
En otro de los casos, la adolescente, luego de sufrir dos episodios de abusos, dijo haberse sentido muy triste tras de lo ocurrido y comenzó a «autoagredirse a través de cortes en sus brazos», por lo que tuvo que ser hospitalizada. Sor Marina llegó a esa residencia en mayo de 2017 y en abril de 2021 se concretó la primera denuncia y fue detenida el 10 de junio de 2022.