Según informó Greenpeace, «el fiscal del estado ruso confirmó los cargos de piratería» contra la joven argentina, detenida tras intentar abordar una plataforma de la petrolera Gazprom en el Ártico. Por ahora, no se definió la acusación contra el otro argentino preso.
A través de su página web, la organización ambientalista Greenpeace informó que «en la corte del distrito Lenin de Severomorsk, en Murmansk (lugar donde están retenidos), se confirmaron los cargos de piratería a varios activistas y tripulantes, entre ellos, la argentina Camila Speziale«. La acusación también fue confirmada por Luz Pérez Orsi, la hermana de Hernán Pérez Orsi, el otro activista argentino preso en Rusia.
«Sería una detención preventiva para que los investiguen por piratería», explicó Luz. Sin embargo, Greenpeace sostuvo que «el fiscal del estado ruso acaba de confirmar los cargos de piratería contra Camila Speziale». Aunque no especifica la situación de Pérez Orsi. «Greenpeace considera que estos son extremos y desproporcionados y que suponen un ataque contra el derecho de protesta pacífica. Es de esperar que esta resolución se extienda al resto de los activistas en las próximas horas».
De esta manera, explica el organización, «la corte también acusó de piratería a la tripulante Ana Paula Alminhana de Brasil, al cámara freelance Kieron Bryan del Reino Unido, los activistas Anthony Perrett del Reino Unido, la finlandesa Sini Saarela, el ruso Roman Dolgov y al sueco-estadounidense Dima Litvinov y un activista ucraniano cuyo nombre se mantiene en reserva a pedido». En caso de ser condenados, podrían recibir penas de entre 10 y 15 años de prisión.
Por su parte, la hermana de Pérez Orsi, contó que desde hace ocho días que no habla con él y que permanece detenido en una comisaría de la ciudad de Murmansk, ubicada a casi 1500 kilómetros al noreste de Moscú. «Tenemos sentimientos encontrados. Por un lado de incertidumbre porque hace varios días que no hablamos con él, y también de seguridad por la causa por la que luchan».
La mujer explicó que la acusación carece de sentido porque, según el código penal ruso, para que sea piratería tiene que ser un asalto a una embarcación de manera violenta o amenazante, con el objetivo de apoderarse de la nave. «Y Greenpeace no hizo nada así», reiteró Luz.
Asimismo, remarcó que desde la Cancillería argentina pusieron a disposición dos abogados. Hace dos días nos reunimos con el canciller Timerman y con el senador Filmus, quienes nos ofrecieron todo su apoyo. Contó que los dos cónsules se turnan para llevarles comida.