«Si no hay verdad, ni justicia, ni amor, ni libertad, comprometemos gravemente el sentido de la paz. » Monseñor en estas palabras muy justas resume parte de lo que nos pasa en Avellaneda, pero vuelvo a criticar en sus discursos la falta de coherencia con el actuar a diario en su persona como representante de la Iglesia, mientras siga reuniéndose con impresentables de los poderes locales, no habrá verdad, mientras siga sentando en la mesa de diálogo a quienes se apartan de la justicia para obtener beneficios propios no habrá justicia, mientras se reúna con quienes no sienten respeto mucho menos amor por los otros no habrá amor y mientras se reúna con quienes con sus actos impiden un pleno ejercicio de la libertad, no habrá libertad.