Ocurrió en un local que queda en la calle Riobamba 1021, donde debía haber un policía de consigna que no estaba presente en el momento del ataque. Este nuevo ataque generó un principio de incendio. En junio pasado, allí le había disparado a un comerciante.
Un supermercado chino de Recoleta donde en junio pasado habían baleado a un comerciante, sufrió un nuevo ataque presuntamente mafioso con bombas molotov que generaron un principio de incendio, informaron hoy fuentes judiciales.
El hecho ocurrió el domingo a la madrugada en el supermercado chino ubicado en la calle Riobamba 1021, entre avenida Santa Fe y Marcelo T.de Alvear.
Las fuentes comentaron que en el lugar debía haber un policía de la comisaría 17 de consigna, pero no estaba presente en el momento del ataque, algo que ahora investigará la Justicia.
Durante el ataque no hubo heridos, pero el local sufrió algunos daños por un principio de incendio que fue extinguido por los bomberos de la Policía Federal que concurrieron al lugar.
El nuevo episodio es investigado por la fiscal Estela Andrades de Segura, quien ya se puso en contacto con su colega Pablo Recchini, que es el fiscal que tiene la causa por el ataque en el que resultó baleado el dueño del lugar.
El 26 de junio pasado, a las 21:20, el dueño del supermercado, Zhuqing Yu (40), estaba atendiendo cuando ingresó un joven con una gorra blanca en la cabeza que lo encaró, extrajo una pistola calibre 32, le efectuó un disparo en la pierna izquierda y escapó sin robar nada.
En principio se pensó que se trataba de un intento de robo, pero fue la esposa de la víctima la que al ser entrevistada por la policía cambió el rumbo de la investigación y habló de «mafia china».
Según consta en la causa, la mujer denunció que su marido venía siendo extorsionado por desconocidos de origen chino que le pedían 50.000 dólares para poder seguir trabajando en el local, algo a lo Yu se negó.
Cuatro días antes, un hombre de rasgos orientales acompañado por un argentino entraron al local y le dejaron a Yu un papel escrito con ideogramas chinos con un nombre, un teléfono celular y la suma que debían pagar para seguir trabajando, según declaró la víctima y su familia.
También hubo llamados telefónicos amenazantes previos y posteriores al día del ataque, de un hombre que hablaba en chino.
«Sabemos que el dueño no murió, si no pagan en dos días, muere» y «pongan la plata o les mato a uno de sus hijos», fueron algunos de mensajes intimidatorios según consta en el sumario policial.
El autor material del disparo quedó filmado por las cámaras de seguridad del comercio, es un joven que se sospecha es menor de edad y los investigadores están convencidos de que se trata de un sicario al que le pagaron para que balee a Yu.
El ataque a Yu fue el primero de una seguidilla que tuvo su caso más grave el 9 de julio último cuando el encargado de un supermercado chino situado en Costa Rica 5623 de Palermo Hollywood, fue asesinado de siete balazos, luego de que fuera extorsionado por una mafia que le pedía 50.000 dólares para trabajar.