Rafael Calzada: Impulsan el cierre de la Clínica Colón por muerte de pacientes

La campaña está impulsada por familiares y amigos de pacientes que fallecieron en ese nosocomio de la mencionada ciudad browneana. Será este miércoles 22 a las 12:00 en la puerta del centro de salud, ubicado en Colón 3263, a pocas cuadras de la estación. En diálogo Noelia Brizuela, la nieta de uno de los difuntos, aseguró que estarán junto a otras familias en situaciones similares “pidiendo el cierre y protestando por la negligencia, el abandono de persona y la mala praxis que se realiza en la clínica”. Su abuelo, Nicolás Olivera, murió el pasado martes 14 de marzo luego de recibir casi un mes antes un disparo en una de sus piernas en el Barrio San José de Almirante Brown.

La clínica de Rafael Calzada recibe a afiliados de PAMI y a través de redes sociales reciben constantes denuncias de mala praxis, desatención, maltrato y descuido de las instalaciones. Por eso la familia de Noelia Brizuela junto a la de otros pacientes que pasaron por la misma situación, se congregarán para pedir un cese en las actividades de la misma.

“Vamos a estar nosotros y la otra familia, que hicieron folletos pidiendo el cierre y protestando por la negligencia, el abandono de persona y la mala praxis que se realiza en la clínica”, adelantó.

Brizuela relató que quienes se les unirán en el reclamo padecieron lo mismo el pasado fin de semana, aunque “ellos no hicieron ninguna denuncia todavía”, remarcó al tiempo que contó cual fue la situación que aquejó a la abuela de sus pares.

“Les llegaron a decir que tenía cáncer en todo el cuerpo y el director de la clínica le decía que no. Les mintieron con que le hicieron una biopsia y nunca estuvieron los resultados”, relató.

Por su parte, detalló las irregularidades en las que se vieron envueltos y que habría tenido como saldo la muerte de Nicolás Olivera de 76 años luego de un robo que sufrió en las cercanías de su casa, episodio que incluyó un disparo en una de sus piernas y obligó a que debiera ser atendido médicamente con la complejidad que le añadió su condición de diabético.

Según Brizuela, en medio del tratamiento de su abuelo tanto ella como sus familiares no lograron acceder en primera instancia al director de la clínica para hablar, pero aseguró que hicieron “dos denuncias, una antes de que muera y otra después, que fue cuando se pidió que se haga la autopsia en el cuerpo” tras dialogar con efectivos de policía en el nosocomio lugar luego de calmarlos.

Asimismo indicó que todavía no pudieron ver los datos que arrojó el procedimiento post mortem. “Los resultados de la autopsia se los pasaron al dueño de la cochería. Él nos dijo que hagamos todo urgente en la fiscalía porque mi abuelo murió de una infección generalizada y eso es lo que va a estar en el parte de defunción”.

Tras el fallecimiento de Olivera, señaló que si consiguieron dialogar con las autoridades de la clínica. “Se ve que porque se enteraron de la denuncia, el director llega a la clínica a los cinco minutos que muere mi abuelo. Empezamos a hablar y no tenía ningún fundamento para justificar el accionar de sus médicos con mi abuelo durante la internación”, recordó y aseguró tener en su poder un video de ese momento: “Tenemos las filmaciones, lo grabamos porque sabíamos que iba a salir con cualquier barbaridad”.

Con lo que tampoco lograron hacerse, afirmó Brizuela, es con la documentación hospitalaria de su abuelo pese a estar amparados en el artículo 14 de la Ley 26.529 de Salud Pública. “Pedimos la historia clínica y nos dijeron que hagamos una nota que en 48 horas me la iban a dar. Me dijeron que como estaba todo bajo juez (SIC) ellos no podían darnos la copia”, comentó.

Por otra parte, Brizuela remarcó que “el director de la clínica en un momento se quiso lavar las manos y responsabiliza completamente al Hospital Oñativia. A mi abuelo, cuando le pegan el tiro, lo lleva el patrullero al Oñativia y lo dejan en la guardia sin recaudos. Ahí, dice que a las seis horas lo tenían que operar”.

El 21 de febrero Nicolás Olivera salió a entregar las «gigantografías» que hacía junto a su hijo menor de 14 años en el Barrio San José de Almirante Brown y fue baleado en una pierna. Según consigna Noelia, un móvil policial alertado por vecinos lo trasladó al Hospital Oñativia para una atención primaria y luego fue derivado a la Clínica Colón por su condición de afiliado a PAMI, donde lo operaron para extraerle el proyectil.

“Ese mismo día de la operación él tuvo fiebre y lo único que hicieron fue bajársela con remedios, no indagaron el motivo de la misma y lo operaron igual” aseguró al tiempo que en una carta indicó además que “a los dos días comenzó a sentirse mal, le dolía el estómago, también tenía el brazo hinchado” y con el correr de los días “empezó a sentirse cada día peor, a tener diarrea y dolor de estómago”, por lo que más tarde “se empezó a inflamar y a tener náuseas”.

El comunicado finaliza con el relato de que su abuelo muere el martes 14 de marzo a las 12:00, aunque consigna que un día antes le realizaron estudios. “Ese día lunes a la tarde mi mamá pide desesperadamente que le hagan una ecografía, tardaron cuatro días en hacérsela desde que iniciaron sus dolores. A las 22 hs recién le hacen la ecografía y el ecografista nos dice que tiene líquido. En un par de horas terminó casi sin pulso, y sin presión”.

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