Rachel Corrie fue una mujer que dio su vida en defensa de sus ideales y hoy un barco de ayuda humanitaria irlandés lleva su nombre. Justamente, en las últimas horas fue retenido por el Ejército Israelí cuando se trasladaba a la Franja de Gaza.
Había nacido el 10 de abril de 1979, fue una miembro del Movimiento Internacional de Solidaridad (ISM), que viajó como activista pro-palestina a la Franja de Gaza durante la Intifada de Al-Aqsa.
Pero la muerte se la llevó a los 23 años. Fue el 16 de marzo de 2003, durante una protesta contra la demolición de casas palestinas por parte de las Fuerzas de Defensa Israelíes (IDF) en la Franja de Gaza, cuando intentó detener a una bulldozer Caterpillar D9 de las IDF que operaba en Rafah y murió aplastada por esta. Los detalles de su muerte están rodeados de controversia.
El ejército israelí afirmó que la muerte de Corrie se habría producido mientras la IDF realizaba una operación militar, consistente en la eliminación de arbustos en Rafah, cerca de la frontera entre Israel y Egipto, para descubrir explosivos y destruir túneles utilizados por terroristas palestinos para el contrabando ilegal de armas procedentes desde Egipto hacia Gaza.
Otras fuentes afirman que Corrie fue a interferir una operación militar destinada a demoler una casa vacía utilizada para ocultar uno de los túneles utilizados por los militantes palestinos.
Amnistía Internacional condenó la muerte de Rachel Corrie cuando ella se oponía a la demolición de varias viviendas palestinas, exigiendo una investigación independiente sobre los hechos y recordando que «el ejército israelí ha demolido más de 3.000 hogares palestinos en los territorios ocupados, así como extensa áreas de tierra agrícola, propiedades públicas y privadas e infraestructura de acueductos y electricidad en zonas urbanas y rurales. Las motoniveladoras usadas para las demoliciones han matado a civiles palestinos, pero hasta la fecha ninguna investigación cuidadosa ha ocurrido».
Los detalles sobre la muerte de Corrie son discutidos. La investigación militar israelí lo consideró un accidente, mientras que algunos testigos del ISM presentes en el lugar afirman que fue un acto deliberado. Otros testigos afirman que el conductor habría perdido de vista a Corrie, y otros que no la habría visto en absoluto.
Los diarios de Corrie describían sus experiencias en la Franja de Gaza, la vida cotidiana de los palestinos y los esfuerzos de hombres, mujeres y niños por sobrevivir en medio de las condiciones de la guerra. Con estos diarios se hizo una obra teatral.
En homenaje a esta mujer existe un barco que lleva su nombre, el MV Rachel Corrie, un buque mercante de bandera irlandesa reconvertido en barco de trasporte de ayuda humanitaria a la Franja de Gaza. Justamente, este sábado 5 de junio, el Ejército israelí tomó control de este barco y otra vez el nombre de esta mujer volvió a ser noticia.
Una historia digna de contar de una luchadora que días antes de su muerte, escribió a su madre: “Cuando estoy con amigos palestinos, tiendo a sentirme un poco menos horrorizada que cuando intento actuar como veedora de los derechos humanos, informadora o militante activista. Ellos representan un buen ejemplo de cómo resistir por largo tiempo. Se que esta situación los afecta, y que al final los atrapa a todo nivel, pero a pesar de ello, me asombra su fortaleza para ser capaces de defender una parte tan importante de su humanidad: la risa, la generosidad, el tiempo familiar, frente al increíble horror que ocurre en sus vidas, y frente a la presencia constante de la muerte. Me sentí mucho mejor después de esa mañana. Pasé mucho tiempo escribiendo sobre la desilusión de descubrir, casi de primera mano, el grado de maldad del que todavía somos capaces. Al menos debería mencionar que también estoy descubriendo un grado de fortaleza y de capacidad fundamental que tienen los humanos para seguir siendo humanos en las circunstancias más desesperadas, algo que nunca antes había visto. Creo que la palabra es dignidad. Como me gustaría que conocieras a estas personas. Ojalá que algún día sea posible”.
Amnistía Internacional condenó la muerte de Rachel Corrie cuando ella se oponía a la demolición de varias viviendas palestinas, exigiendo una investigación independiente sobre los hechos y recordando que «el ejército israelí ha demolido más de 3.000 hogares palestinos en los territorios ocupados, así como extensa áreas de tierra agrícola, propiedades públicas y privadas e infraestructura de acueductos y electricidad en zonas urbanas y rurales. Las motoniveladoras usadas para las demoliciones han matado a civiles palestinos, pero hasta la fecha ninguna investigación cuidadosa ha ocurrido».