Dos jóvenes, uno de ellos hijo de un empresario, fueron detenidos como sospechosos de integrar una banda que en septiembre del año pasado robó cerca de 200 mil dólares y 2 millones de pesos de la casa de un comerciante en la localidad bonaerense de San Francisco Solano.
Las detenciones se concretaron tras siete allanamientos ordenados por la fiscal Mariana Curra Zamaniego, titular de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 6 de Quilmes, y efectuados por efectivos de la Dirección Departamental de Investigaciones (DDI) de Quilmes, quienes secuestraron una pistola 9 milímetros, cargadores y hasta un Kit Roni, utilizado para convertir una pistola en un fusil.
Según la investigación, el hecho que se les imputa a los detenidos ocurrió el pasado 7 de septiembre, cerca de las 19, cuando al menos tres delincuentes ingresaron a un domicilio ubicado en la calle 878 de la localidad de San Francisco Solano, propiedad de un comerciante de nacionalidad paraguaya, donde robaron 500 mil dólares y cerca de 2 millones de pesos.
“Le hicieron sonar el timbre y se anunciaron como carteros. Dijeron que tenían una carta a nombre del comerciante. Salió la empleada doméstica y tres delincuentes, encapuchados, con barbijos y sin armas, la tomaron del cuello e ingresaron a la propiedad donde redujeron a las víctimas, las encerraron en el baño y les robaron el dinero”, aseguró a Télam una fuente judicial.
La víctima del robo es un hombre de 61 años, dueño de una cadena de pinturerías en la zona de San Francisco Solano y también propietario de un inmueble en el que funciona un colegio.
Al momento del robo, el hombre -de quien se preserva su identidad- se hallaba con su padre de 91 años y una empleada doméstica de 54, dijeron las fuentes.
“Los delincuentes ingresaron pidiendo los dólares que el hombre tenía escondido en bolsas dentro de un placard de su habitación”, explicó un investigador, quien sospecha que la banda realizó algún tipo de inteligencia antes de concretar el robo.
Tras la orden de la fiscal Curra Zamaniego, la policía comenzó con las tareas investigativas y del relevamiento de cámaras de seguridad y observó que tres de los delincuentes ingresaron a la vivienda mientras que otro realizaba vigilancia en el exterior a bordo de un Volkswagen Gol Trend.
“El hombre declaró que le llamó la atención que unas horas antes del hecho recibió una llamada telefónica en la que no le hablaron y escuchó voces y risas. Lo mismo le había sucedido unos días antes”, sostuvo una fuente de la investigación.
Se estableció que la banda operaba desde un galpón ubicado en la avenida Mosconi, de Quilmes, desde donde salió rumbo al domicilio de las víctimas el día del hecho.
La clave del caso fue un peritaje tecnológico en base a las comunicaciones telefónicas que determinó que al menos un número que pertenecía a uno de los integrantes de la banda había sido utilizado en un caso de secuestro extorsivo.
“El chip donde se hicieron los llamados era de un número prepago de la localidad de Junín. Por el entrecruzamiento de llamadas se determina que el mismo número fue utilizado para pedir un rescate en un secuestro extorsivo por 50 mil dólares”, indicó la fuente.
Según los investigadores, en base al entrecruzamiento de llamadas y el análisis de redes sociales, se logró identificar a detener a dos de los sospechosos, uno de ellos de apellido Coronil, de 21 años, y el otro Meddis, de 28.
En tanto, se determinó que ambos forman parte de un grupo de jóvenes de buen pasar económico, que se movilizaban en autos importados de alta gama y camionetas 4×4.
Las fuentes policiales aseguraron que uno de ellos es hijo del dueño de una empresa de fabricación de casas rodantes.
“Meddis tiene un cierto nivel adquisitivo. Posee una camioneta Volkswagen Amarok automática 4×4; un Ford Focus; encontramos documentación de un Chevolet Camaro y ostenta varias fotos de viajes al exterior en sus redes sociales”, añadió el investigador.
El mismo pesquisa explicó que, de acuerdo al relato de testigos, el joven actualmente está distanciado de su familia y la sospecha es que comenzó a delinquir para mantener su condición económica.
Los acusados fueron detenidos el fin de semana luego de allanamientos realizados en las localidades de San Francisco Solano, Quilmes, Wilde, Temperley y Lomas de Zamora.
En su poder se hallaron una pistola Bersa Thunder Pro calibre 9 milímetros con un cargador extendido para 28 municiones; dos escopetas, siete celulares de alta gama y una camioneta F 100.
Además, se secuestró un “Kit Roni”, que es un complemento en el que se coloca la pistola 9mm y le da una apariencia de subfusil con empuñadura, un culatín, mira, linterna y un espacio para un segundo cargador.
La fiscal Curra Zamaniego indagó ayer a los acusados por los delitos de “asociación Ilícita y robo agravado en poblado y en banda”, y ambos hicieron uso de su derecho a no declarar.
En tanto, se continúa con la búsqueda de los demás integrantes de la banda, que según fuentes policiales, está compuesta por varias personas.