Eran alrededor de las 13:05, cuando en uno de los canteros de la Plaza Miserere del barrio de Once, una joven lloraba desconsoladamente mientras era rodeada por una mujer y tres hombres que intentaban calmar su estado de crisis.
Entre lágrimas, la joven relataba que estaba en su hora de almuerzo, cuando fue abordada por una joven corpulenta y rubia que primero le pidió comida, luego monedas o plata y terminó ordenándole que se quede quieta y cumpla o le iba a cortar toda la cara, amenaza acompañada por la acción de meter su mano en el bolsillo de la campa que tenía colocada.
A pesar de que mucha gente pasaba por el lugar, nadie se acercaba para ayudarla y en breves minutos sintió lo que produce el miedo ante un asalto violento, solo una mujer adulta atinó a ir rumbo a esas chicas que no parecían ser amigas y donde una solo lloraba.
Ante esto, la asaltante huyó, por unos minutos se ocultó entre los puestos que tiene el parque y la chica contaba su experiencia a la mujer y los otros tres hombres, uno de ellos policía que se encontraba franco de servicio.
Con el desagarrador llanto y relato de la joven víctima, los hombres trataban de buscar con la vista a la ladrona. Mientras, quien escribe llamó al 911 y fue atendido por la operadora 13 la cual fue muy amable, pero el patrullero de la Comisaría 5 jamás apareció, y ya se necesitaba el móvil policial y la ambulancia, para atender a la víctima que desesperada quería volver a su trabajo por el miedo de que la asaltante volviera y la lesionara.
Al no llegar el móvil policial a pesar de que se le informó al 911 de la presencia de una persona armada robando en el interior de la plaza, la joven optó por retirarse llorando y atemorizada, indicando su lugar de trabajo.
Fue entonces que la mujer que con su acción evitó el robo, quien divisó a la asaltante, esta vez acompañada de un joven de aspecto desaliñeado, ni bien la joven observó a la mujer acompañada de los muchachos que se detuvieron a ayudar, comenzó a caminar más rápido y antes de cruzar la Av. Mitre, descartó un objeto cerca de uno de los puestos de panchos.
Dos de los jóvenes Marcelo Carrizo y Rafael Juárez, alcanzaron a la pareja en las escaleras de la estación ferroviaria de Once y los retuvieron hasta que se hizo presente un vigilador y privado y luego la policía de la División Sarmiento de la Policía Federal Argentina.
Con los dos delincuentes demorados por la policía, Rafael y quien escribe fueron a buscar a la víctima para que reconozca a los detenidos y una vez hecho esto, todos concurrímos a la dependencia policial.
Posteriormente se identificó a los detenidos como Sebastián Cardozo, con varias entradas policiales, a quien se le imputó el delito de «Robo en grado de tentativa» y Yésica Beatriz Figeri, imputada por «Robo en grado de tentativa» y «Ley 23.737» a esta última se le detectó en la requiza personal, una bocha de una sustancia similar al cloridráto de cocaína y un cortaplumas.
Según el hombre que acompañaba a la mujer detenida, esta se encontraría embarazada.
Luego de las declaraciones de rigor, la víctima fue trasladada por una ambulancia del SAME al hospital por el estado de schock vivido y los testigos nos retiramos.
A las 14:41 hs. un hombre ingresó a la dependencia policial, para denunciar que fue asaltado a mano armada, al bajar del tren, en pleno andén de la estación de Once, por un joven que le sustrajo su mochila con pertenencias personales, el celular y la billetera, mostrándose indignado por ser asaltado a plena luz del día y en el andén de la estación con la impunidad que se cometió el hecho.
Es indudable, que Once, cada día es más peligroso.