Javier Milei y sus candidatos han quedado ebrios luego de los resultados de las PASO y no lo ocultan, recorren los canales de televisión y visitan programas de radio sin cuidarse de lo que dicen y en algunos casos con una soberbia que es desagradable donde hasta hablan de «cancelar» a los que no son de su agrado cuando asuman.
Sí, están convencidos de que ya son gobierno y que aunque ahora se desdigan de muchas de sus propuestas, la gente ya los eligió y nada haría que no vuelvan a votarlos además de sumar más votos y ganar en primera vuelta.
Milei ya comenzó con los berretines de políticos como Menem cuando corría detrás de mujeres sin importarle nada, por eso salió a blanquear su relación con Fátima Florez, dando un toque aún más bizarro a sus discursos violentos, pero si algo le faltaba a Milei para demostrar que no le importa nada y que su único objetivo es la presidencia, su llamado al orfebre Pallarois, para pedir que se bastón de mando tenga una «peluca» lo muestran tal como es, un payaso de los medios.
Es decir, que mientras la gran mayoría va a sufrir el ajuste económico, este personaje solo piensa en un bastón fuera de todo protocolo, solo falta que se vista como el dictador de Costa Pobre.