Los crímenes se registraron en un lapso de una semana en el centro de la ciudad costera del Pacífico mexicano. El terror en el país Azteca creció y desde el gobierno están cada vez más preocupados ya que en los últimos meses las muertes comenzaron a registrarse en zonas turísticas y no sólo en barrios marginales.
Siete personas fueron asesinadas entre el jueves y el Viernes Santos en el centro veraniego de Acapulco, a 450 kilómetros al sur de la capital de México, que vive una inusitada ola de violencia que ya dejó 38 muertos en una semana.
En la noche del jueves un comando de tres jóvenes irrumpió en un centro nocturno a 50 metros de la costera Miguel Alemán y mató a una bailarina y a un cliente, e hirió a otras dos personas.
Además, fueron hallados los cuerpos desmembrados de dos personas este viernes y se dio a conocer el homicidio violento de otras tres en la ciudad, conocida como «La Perla de Occidente», en pleno feriado de la Semana Mayor.
El gobierno del presidente Enrique Peña Nieto envió un contingente de más de 1.000 integrantes de la policía federal, el Ejército y la Marina.
Hasta hace unos meses, los asesinatos ocurrían en los barrios marginales ubicados lejos de la zona turística, pero en las últimas semanas comenzaron a producirse inclusive en la playa y en la costanera.
Los empresarios turísticos lanzaron en días pasados la voz de alerta a las autoridades para que brinden las medidas de seguridad necesarias para retener al turismo nacional, sobre todo procedente de la ciudad de México, porque el turismo extranjero ya no suele visitar este paradisíaco lugar.
Inclusive, se han realizado numerosas demostraciones callejeras para clamar por seguridad debido al enfrentamiento entre diversos grupos criminales que se disputan el tráfico de drogas en el puerto.