Lomas de Zamora:Mañana se inicia un nuevo juicio oral por el asesinato de Martín Castellucci

padres-de-Martín-CastellucciReproducimos comunicado de la familia de Martín:

Mañana, lunes 9 de junio, desde las 9, en el Juzgado Correccional Nº 8 del Departamento Judicial de Lomas de Zamora (Camino Negro y Larroque) será la primera audiencia del juicio oral en el que está imputado el efectivo de la policía bonaerense Cristian Javier Messina por violación de los deberes de funcionario público en el contexto del asesinato de Martín Castellucci (diciembre de 2006, en la puerta del boliche “La Casona”, a manos del “patovica” Lienqueo Catalán).

La primera en declarar será Ana Herrera, la mamá de Martín. Para el martes 10, miércoles 11 y jueves 12 (siempre desde las 9) están previstas las restantes audiencias de este juicio oral y, a confirmar, el jueves 19 se harán los alegatos, para esperar tres días después la sentencia.

Este juicio, extemporáneo y casi irrelevante (salvo para nuestro padecimiento), transcurridos siete años y medio del asesinato de Martín, es una de las consecuencias de la pésima instrucción de la causa por parte de una de las fiscales iniciales, la doctora Marcela Juan (respecto de la cual nos arrepentiremos siempre de no haber solicitado su juicio político) que, con dosis inespecificadas de ineptitud y tráfico de influencias, dividió en TRES CAUSAS un hecho ÚNICO e indivisible, el asesinato de Martín, en cuyo homicidio estuvieron indisolublemente vinculados el asesino material, Lienqueo Catalán; el dueño del boliche “La casona”; y los dos policías, Guillermo Guzmán y Cristian Messina, que, presentes en la escena del crimen, no lo impidieron, no detuvieron al agresor, no recabaron testigos (más bien los espantaron) y se limitaron a arrastrar a Martín (ya mortalmente golpeado por Lienqueo Catalán) unos metros para dejarlo tirado junto a un cantero para que no “obstaculizara” el ingreso de los demás pibes al boliche.

La inexplicable decisión de la fiscal Marcela Juan de dividir una causa única en tres tuvo por objeto avanzar exclusivamente en la condena de Lienqueo Catalán (fue condenado a 11 años y 9 meses de prisión, y cumplidos los 2/3 de la pena ya está en condiciones de obtener la libertad condicional), para proteger a los policías bonaerenses (varió la calificante de homicidio simple -8 a 25 años de prisión- por la de violación de los deberes de funcionario público y la omisión de denunciar -1 mes a dos años como máximo-); y, fundamentalmente, al dueño del boliche, quien a pesar de que, con posterioridad, otra fiscal (la doctora Marcela Ruíz) y un juez de garantías (el doctor Esteban Bachini), solicitaron la elevación de esa parte de la causa a juicio oral por HOMICIDIO, sorprendentemente (y seguramente con los mismos fundamentos que la doctora Marcela Juan: en el mejor de los casos, el tráfico de influencias), sin incorporar ninguna nueva prueba a la causa, la Sala III de la Cámara de Apelaciones y Garantías en lo Penal de Lomas de Zamora (con la firma de los doctores Tomás Bravo y Jorge Rodríguez) directamente lo SOBRESEYÓ, en tanto que la Sala II de la Cámara de Casación de la provincia de Buenos Aires (con las firmas de los doctores Carlos Alberto Mahíquez y Fernando Mancini) RATIFICÓ el sobreseimiento. Hoy, sin demasiadas esperanzas por nuestra parte, esa causa duerme el sueño de los (in)justos en algún cajón de la Suprema Corte Bonaerense.

Lamentablemente, el acceso a la Justicia sigue siendo inequitativo y desigual por las acciones u omisiones de muchos operadores del Poder Judicial: no es lo mismo ser un “patovica” que policía bonaerense o empresario de la noche con fluidos contactos y estrechamente vinculado por lazos familiares a funcionarios del Poder Judicial (y mucho menos un familiar de víctimas, claro). Contra esa realidad trabajamos todos los días en memoria de Martín.

El otro policía involucrado, Guillermo Guzmán, aceptó rápidamente un juicio abreviado y fue condenado a 2 años de prisión en suspenso y separado de la fuerza. El actual imputado, Cristian Javier Messina, en cambio, optó evidentemente por un juicio prolongado (prolongadísimo en el tiempo): siete años y medio después sigue revistando activamente en la bonaerense y espera pasivamente el milagro de poder seguir haciéndolo como si nada hubiera sucedido.

Se agradece la difusión de esta información y los invitamos a acompañarnos en las audiencias de este juicio oral.

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