El caso del Defensor del Pueblo Daniel García, llegó a los medios grandes y del caso se ocupó el periodista Lanata en su programa aportando a lo que ya se conocía que el auto hace poco estuvo involucrado en un robo en La Plata, sumando más dramatismo a un hecho policial que revela la corrupción enquistada en Avellaneda.

Ni el Defensor del Pueblo Daniel García emitió un comunicado aclarando los hechos, lo que es grave, ni tampoco desde el HCD de Avellaneda se convocó a una sesión extraordinaria para tomar alguna medida sobre la continuidad o no de García al frente de la defensoría, lo lógico sería que se lo suspenda en sus funciones sin recibir sueldo, pero al parecer el presidente del HCD Hugo Barrueco está ocupado respondiendo mensajes de sus nuevas «amigas», algo que sucede cada vez que hay campañas por elecciones, donde las reuniones generan nuevas amistades.

Tampoco desde el municipio el intendente Jorge Ferraresi aclaró los hechos ya que en redes sociales desde El Foro Vecinal Avellaneda Segura y En La Mira, vinculaban a gestiones del oficialismo para intervenir en favor de Daniel García y mejorar su situación judicial.

La realidad es que en este caso la fiscalía ha sido muy tolerante y hasta ingenua al momento de iniciar la investigación judicial y otorgar la inmediata libertad de García que fue aprehendido in fraganti, ya que era él y no otro quien conducía el vehículo en cuestión, quedando así serias dudas del proceder judicial, respecto a situaciones similares que involucran a otros ciudadanos.

Más allá de lo mediático, el silencio de los sectores políticos, incluyendo a los concejales de la oposición que en plena campaña donde prometen ser un cambio, prefieren no meterse en este caso, mostrando que entre bueyes no hay cornada.

No es la primera vez que algo así ocurre y son varios los políticos locales vinculados a temas policiales como vínculos con la droga, el robo y corte de autos, prostitución y vínculos con barras de clubes y sus negocios periféricos.

Por Marcelo Ricardo Hawrylciw