JUGANDO AL GOLPISMO

Hay un concepto general básico y resumido que define al GOLPISMO, como la actitud favorable al golpe de Estado y que las crisis en un país suelen alentar a sectores oportunistas que sin consenso para ganar elecciones buscan atajos en el caos.

Creer que en la Argentina existen casualidades es no tener la capacidad de saber interpretar las acciones de quienes han hecho de la política su medio de vida y que se aferran al poder como una necesidad, ya Aristóteles dejaba una máxima al respecto “El hombre es un animal político”, por ende hay quienes tendrán un rol activo creando grupos, liderando sectores y otros que se relacionarán por afinidad.

La lucha por el PODER, es otro de los objetivos de los hombres, que habiendo alcanzado una posición económica solvente van por esa meta tan preciada que es la cúspide de la escala social actual DINERO + POLÍTICA = PODER, para comprender mejor esto, habría que remitirse al origen de la burguesía y su disputa de poder a los señores feudales, así los reyes perdieron una cuota de poder real y nacieron los primeros políticos y los parlamentos. Detrás de un objetivo de mejorar las condiciones del Pueblo, los burgueses además de los placeres del dinero gozaron de los privilegios del poder.

En resúmen, los políticos de antes y los actuales nunca tuvieron como prioridad al PUEBLO, salvo para los discursos de campaña o cuando se quiere sumar y dividir posiciones.

La política no es un trabajo cualquiera, para la política se necesita tener conocimiento y complementarlo con una capacidad importante de improvisar, porque los tiempos actuales son dinámicos y a más miembros en el juego de la política, más propuestas pujan por un espacio, a falta de espacios se produce una caníbalismo político tan sutil y con aparente calma como una partida de ajedrez, donde en el silencio y la paciencia se desarrollan sangrientos combates con sacrificios que solo puede comprender el que conoce el juego.

Desde hace un tiempo, los millonarios que se volcaron a la política encontraron un medio importante para llegar al poder, los medios de prensa, no por nada en los países con una historia política más extensa los mencionan como el 4° poder, durante años, los grandes medios gozaron de un monopolio de las pautas políticas, pero el avanse de Internet y la velocidad de estar conectados en tiempo real los usuarios hicieron que las redes sociales hoy pesen más que los medios de prensa, la facilidad con la que se puede postear y la impunidad de poder armar grupos anónimos y usuarios truchos, ponen en riesgo a los instituciones, ya que cualquiera puede denunciar anónimamente o se pueden hacer operaciones políticas baratas con un grupo de “trolls”.

Las redes sociales así se han vuelto un peligro para la seguridad de ciudadanos y gobiernos, por un lado son cuevas de pervertidos, delincuentes y por otro plataformas de una fuerte influencia social con presencia e interacción inmediata, todo potenciado por la falta de una legislación que ordene el uso y el acceso a las redes, sancionando a las empresas como Facebook cuando permite que se cometan delitos por usuarios falsos.

En esta introducción necesaria para comprender la realidad, que se puede verificar consultando la historia, porque no se trata de una opinión personal, sino de una interpretación de los hechos con un sustento fáctico, tengo que insistir en que sin dudas este es el gobierno “peronista” más débil, Néstro Kirchner con un porcentaje mucho más bajo era más fuerte que el actual, por la sencilla razón de que la oposición tuvo a pesar de un pésimo gobierno un alto porcentaje, eso solo se puede explicar en que los millones puestos para sostener la imagen de Mauricio Macri tuvieron un resultado positivo, no se ganaron las elecciones, pero conservaron una elevada cuota de poder, y el porcentaje macrista conservado guste o no, es más fuerte que el de la alianza peronista.

El gobierno a la fecha de Alberto Fernández es un gobierno “correcto” pero débil, no se puede gobernar como Jefe de Gobierno, con mucho discurso, con mucha explicación y esperando a ver qué pasa.

La historia nos demuestra que gobernar débil, con las mejores intenciones no es garantía de gobernabilidad y sino que miren al gran Arturo Illia, vergüenza deberían sentir los radicales de la conducta de sus representantes en estos momentos difíciles del país.

La oposición a la que ahora llaman Juntos por el Cambio, no es más que en realidad el macrismo, porque en esa alianza la conducción la llevan adelante los designados por Mauricio Macri y el resto acompaña.

A la debilidad para gobernar de Alberto Fernández se suma el trabajo incansable en los medios que sigue financiando el macrismo y al trabajo en las redes sociales de ir opacando la imagen del gobierno, no es algo inocuo el mote de “Albertítere” que comenzó y al que se sumaron otros descalificativos, tampoco Fernández ha sido eficiente en la sobrexposición de buscar ejemplos en el exterior para justificar sus medidas, hubiera expresado que es la mejor medida que valoró como presidente y se ahorraba ser desmentido y criticas.

No tengo la menor duda de que Alberto Fernández es un tipo mucho más capacitado que otros políticos incluído Mauricio Macri, pero Mauricio hoy está empoderado por llamarlo de alguna manera, pasó de ser el hijo “bobo” de Francisco, el que no tenía poder de gestión en las empresas al político que se puso en manos de un equipo que lo coucheo, burlas a parte, supo tomar revancha y hoy sin dudas es un político con una imagen fuerte y con poder, para que se comprenda, detrás de Mauricio Macri está el verdadero poder, que eligió ponerle la cara de Macri a ese poder y ese títere hoy no es un “Chirolita” es un títere con ganas de revancha, más cercano a un “Chucky”.

Que personajes como Federico Andahazi sea invitado una y otra vez a por ejemplo los programas de Mirtha Legrand no es por falta de invitados o porque el psicólogo devenido en escritor hoy tenga un éxito literario, al contrario, es un operador político con un discurso muy refinado, con eufemismos pero carente de sustento real, es justo el tipo que un sector de clase alta y otros que gustan de soñar “pertenecer” quieren escuchar.

El otro gran “operador” es el impresentable de Luis Majul, un tipo con una curiosa actitud acelerada, casi sin frenos, que parece padecer de incontingencia verbal, mucha palabra, acusaciones, pero sin decir nada, mucho menos explicar alguna vez los millones recibidos su programa y entorno, hoy no alcanza con decir que lo operan, porque los millones los cobro y la verdad que parece muy caro el pito.

Por La Cornisa se han dicho los disparates más irresponsables y en boca de gente que dice combatir la corrupción pero evitando dar precisiones sobre ellos como es el caso de la diputada Mariana Zuvic y el escándaloso divorcio del también legislador el senador Eduardo Costa, donde de forma soslayada denuncia una violencia económica de parte de este, poniéndose como una víctima de violencia de género y negociar bienes patrimoniales que según ella habría ocultado el millonario empresario, es decir, se pone como una luchadora contra la corrupción, pero en los años de matrimonio era tan ingenua que desconocía que la política necesita mucho dinero para financiarse, igual en lo personal considero una falta de respeto a miles de mujeres víctimas de violencia de género que alguien a quien le paga su ex una suma millonaria por una casa en Barrio Parque, además de mantener su nivel de vida, quiera conmovernos, coherencia por favor.

Y ahí está Alberto Fernández jugando al tipo bueno, Zuvic sin dudarlo dijo que no está apto, que no pasaría un psicotécnico, abusando de la inmunidad de los legisladores, que en este caso, Alberto sabe como docente de derecho queda fuera de esa protección judicial, porque nada tiene que ver, acusar al presidente de ser un incapaz mental, en un país serio debería rendir explicaciones en la justicia y un presidente con valor la hubiera denunciado porque no es pacificar permitir que cualquiera haga lo que se le cante en ganas.

Ante la pasividad del presidente, fueron por Axel Kicillof, un muchacho con buenas intenciones, pero verde para gobernar la provincia de Buenos Aires, por lo menos no puede gobernar solo, rodeado de malos asesores Kicillof fue medido por una operación política que nació en las redes sociales, que maduro con el tiempo, varios de los grupos en redes sociales que agitan el reclamo policial vienen operando desde el 2016 y antes, ocultando las verdades intenciones, sumando miembros y sembrando para cosechar. Para los que tienen memoria, una de las criticas que incluso Clarín hacían a Marcos Peña era la millonaria pauta que se pagaba a las redes sociales Facebook, Twitter y YouTube, es evidente que no fue en vano.

Otra gran agitadora del reclamo policial que padece de alguna extraña memoria donde antes repudiaba a los policías, comenzó sus pasos en el ejercicio de la abogacía del otro lado del mostrador, ahora se quiere vender como experta en seguridad, Florencia Arietto, una impresentable a la que los periodistas no suelen interrogar sobre sus denuncias que no llegan a nada o su experiencia en las propuestas.

Sergio Berni ha tenido un golpe mortal con el reclamo policial, su ausencia en las primeras horas del conflicto permitió que se extienda y una fuerza policial donde se rompe la cadena de mandos es un peligro, hay muchos héroes, policías de vocación, pero nadie ignora que existen policías que solo buscan beneficios personales, que hay corrupción, que en crisis económica es un caldo de conflicto donde es sencillo influir en el ánimo de los efectivos.

Berni es otro de los funcionarios muy mal asesorado, es un tipo muy formado, que sabe de política y territorio, pero se le pasó por alto el antecedente de Aldo Rico, que llegó como el ministro de seguridad fuerte y se fue pronto con una pésima gestión, otra víctima de la policía bonaerense fue el experto Marcelo Saín que acompañaba a León Arslanian y renunció espantado a su cargo.

La conclusión es que el reclamo policial no es legítimo ni legal, Berni en eso se equivoca y manda un mensaje peligroso, no se puede violar la Ley, el uso de las patrullas para protestar, desplazarse, es un delito tipificado en el Código Penal, nadie puede ignorar que las condiciones de trabajo son malas, que necesitan mejorar los sueldos, pero los políticos carroñeros los están usando, les mienten con la idea de que pueden hacer paro, porque en los países con sindicatos policiales, estas acciones se sancionan con el despido, los delegados policiales asesoran, representan a los policías ante sus superiores pero no realizan paros y cuando ocurrió los efectivos fueron despedidos.

¿Dónde están los jueces y fiscales?, el super fiscal de La Plata Marcelo Romero que le gustan las cámaras y la política, que ha actuado de oficio en declaraciones que vió por la televisión, ¿no se enteró?, raro que los funcionarios judiciales hagan la vista gorda.

Es lamentable que esto no conduzca a nada bueno, pero sin dudas los únicos responsables reales son los políticos, por ACCIÓN u OMISIÓN.

Por Marcelo Ricardo Hawrylciw

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