Si la «honorabilidad» del HCD de Avellaneda, estaba devaluada por la conducta de sus miembros, querer «venderle» a los vecinos como algo loable el recordar a un histórico dirigente gremial de proyección internacional, con algunos impresentables de la política y el sindicalismo, más algunas ausencias, entonces son un circo.
Gerónimo Manuel Izetta, fue un líder y un valiente, desafío a cualquiera a que me nombre un solo sindicalista que reúna esas condiciones hoy, por su activa militancia política y sindical, se tuvo que exiliar en el Uruguay y varias veces fue detenido donde recibió torturas y apremios ilegales.
Entonces parece una burla que en la foto de alguien con tanta entrega estén personajes muy opuestos en valores y compromiso, el mejor ejemplo es Maximiliano Gallucci, presidente del bloque de Juntos por el Cambio y miembro de una familia que ha despedido trabajadores a los que no indemnizó ni cuidó.
El gran ausente fue Hernán Doval que parece más contento firmando convenios con el intendente que representando a los trabajadores municipales, pero su ausencia se entiende, no se justifica.
Hace muchos años les recomiendo a los vecinos que vayan al HCD a escuchar y ver las sesiones porque se van a llevar muchas sorpresas.
Por Marcelo Ricardo Hawrylciw