Apoyado por algunos seudo medios de comunicación, el mediático y controvertido «padre» Fernando Abraham, vuelve con la complicidad del actual Obispo de Avellaneda-Lanús a salir de a poco de su ostracismo en una capilla de Lanús donde terminó luego de ser desplazado de la parroquia de Piñeiro.
Este personaje que de cura solo tiene la ropa, es un claro ejemplo de la sociedad argentina, por un lado seguido y casi adorado por gente mayor que cree en la santidad de algunos curas, por el otro oportunistas que encuentran en este personaje un medio para concentrar gente y transmitir un mensaje que poco tiene que ver con lo católico.
Marcelo Julián Margni, actual Obispo de Avellaneda-Lanús, parece ignorar muchas de las criticas que arrastra Abraham entre los fieles de la propia Iglesia que van desde extraños viajes al exterior con «sobrinos» interminables al turbio manejo de donaciones, especialmente inmuebles, sin olvidar los repudiables dichos públicos que el propio cura se encargó de que trasciendan tomando posición en casos sensibles de abusos a mujeres siendo menores de edad o su apoyo político a la derecha y su burla a las personas de condicioenes humildes.
La excusa para el regreso de este servidor del mal más que de Dios, fue una misa por la salud de los sacerdotes, entre ellos la salud del Papa Francisco, con una colorida misa al estilo mediático del cuestionado cura.
No es por ahí, abrir los caminos para el regreso de un tipo que divide posiciones en tiempos donde la gente está cansada de las mentiras y de sentirse usada.
Por Marcelo Ricardo Hawrylciw
