Fernando Abraham: El cura de los pecados capitales

Cuando nadie se animaba a criticar la conducta de Fernando Abraham, por la especie de «protección» que da la imagen en la sociedad de un cura, incluso cuando una gran parte los vincula con los abusos de la Iglesia, muchos comentaban sobre Abraham, pero pocos en público.

Dicen que el pez por la boca muere y el cura Abraham mordió el anzuelo, sus declaraciones sobre temas sensibles lo revelan como un soberbio, machirulo, misógino, mentiroso, irresponsable y pecador.

Uno espera de un sacerdote una conducta lo más apegada a la Iglesia que representa, tal vez por eso es necesario recordar los Pecados Capitales:

  • Lujuria.
  • Ira.
  • Soberbia.
  • Envidia.
  • Avaricia.
  • Pereza.
  • Gula.

También recordarle a este renegado cura los principales votos sacerdotales que se pueden resumir en pobreza, castidad y obediencia.

El cura Fernando Abraham asumió como párroco de parroquia San Judas Tadeo de Lanús y filmó un video para mostrar en redes sociales el estado en el que encontró las instalaciones.

En uno de los videos, el sacerdote que militó activamente para María Eugenia Vidal y Mauricio Macri durante los últimos 4 años, se muestra limpiando la secretaría parroquial, con un cuadro del obispo Rubén Frassia en sus manos. 

«Pude rescatar su foto. Gracias Monseñor. Parezco una mucama boliviana, la mugre, los cachivaches, voy a necesitar un camión de remolque», afirmó el cura, en una clara discriminación y gesto xenófobo.

Es el propia cura quien se expone y revela su forma de pensar, actuar y ser, hace años que insisto que debe recibir una sanción ejemplar de la Iglesia, porque su conducta mancha y manchará aún más la imagen de la Iglesia cuando se descubran cada una de sus malas acciones.

No es que no se pueda equivocar Abraham, lo que es inaceptable es que no le importe, que no se arrepienta y que repita su mala conducta, que cada vez sea más desafiante y se burle de sus obligaciones y de sus superiores, Rubén Frassia es otro claro ejemplo de un mal Obispo, de un superior que no ha estado ni está a la altura de sus obligaciones y responsabilidades, hace años que Fernando Abraham viene jugando más del lado del pecado que de ser un hombre de Dios.

¿Cuánto tiempo más la Iglesia va a tolerar a un impresentable que no respeta ni siquiera la dignidad de las personas?

Por Marcelo Ricardo Hawrylciw

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