El Sumo Pontífice volvió a Río para conversar con drogadictos rehabilitados en el hospital San Francisco de Asís. «No dejen que les roben la esperanza», expresó.
“Todos necesitamos aprender a abrazar como lo hizo San Francisco. Abrazar para expresar solidaridad, afecto y amor”, expresó el papa Francisco ante la presencia de drogadictos rehabilitados en Río de Janeiro. Allí expresó su posición respecto a la despenalización de narcóticos.
“Son tantos los mercaderes de muerte que no se podría hablar del uso libre de drogas. Por eso es necesario enfrentar los problemas que surgen a raíz del consumo, proveyendo mayor justicia y educación”, señaló el Sumo Pontífice en el marco de su gira por Brasil.
“Pero abrazar no es suficiente. Ayudemos a quien está en la oscuridad y digámosle ‘usted se puede levantar. Usted es protagonista de su vida’. La travesía es larga y cansadora pero hay que ir al frente. No dejen que les roben la esperanza. No robemos la esperanza y, por el contrario, seamos todos portadores de esperanza”, dijo en el escenario ubicado frente al Hospital San Francisco de Asís.
“No es la liberalización del consumo de drogas, como se está discutiendo en varias partes de América Latina, lo que podrá reducir la propagación y la influencia de la dependencia química”, determinó.
El marco austero en el cual tuvo lugar el acto en el Hospital de la Fraternidad de San Francisco es coherente con el estilo que Bergoglio ha querido dar a su papado. Pero no por ello deja de sorprender el ver al Sumo Pontífice, jefe de Estado al fin, quizá el último «monarca absoluto» del mundo, sentado en un «trono» de madera, donde su nombre y el de Pedro están tallados a mano, con su «séquito» acomodado en sillas de plástico, en el despojado patio interior de un hospital de indigentes.
Un ambiente íntimo y familiar para una ceremonia que dará la vuelta al mundo, impactando por la hondura del mensaje.
Durante la jornada, Francisco recibió el saludo y testimonio de dos pacientes. Luego rezó el Padrenuestro y bendijo una placa conmemorativa al inaugurar una ampliación del Hospital.
El hospital San Francisco de Asís recibe a personas con adicciones, en especial jóvenes, y dispone de 500 camas para dar asistencia quirúrgica a indigentes. Es obra de un franciscano, Fray Francisco Belotti, que aún hoy la dirige. Fue creada hace 27 años, 1985, como una institución caritativa y luego se convirtió en Fraternidad de vida consagrada, con reconocimiento de la Santa Sede. Sirve a jóvenes con problemas de drogadependencia en diferentes barriadas del Brasil y también en Haití.